VIDEO. Así un ladrón armado sembró el terror en un pet shop de La Plata

A los gritos y con un arma de fuego, un ladrón sembró el terror en un Pet Shop de 7 entre 71 y 72. Tal como informó EL DIA, el delincuente huyó con la recaudación pero antes encañonó al empleado y lo amenazó.

Ahora se conocieron las imágenes de cómo se sucedieron los hechos en el local de razón comercial “Lo que mastica tu mascota”. El hombre, cuya identidad es una incógnita para los investigadores, ingresó al lugar alrededor de las 10.30 cuando el movimiento comercial comenzaba a ganar ritmo.

Tal como se ve en las imágenes, la secuencia fue violenta. Comienza con el malviviente, que lleva puesto campera y un gorro de lana, dejando la moto en la esquina y trasladándose de a pie hasta el comercio. Una vez que ingresa, del bolsillo del pantalón extrae el arma, con la que comienza a amenazar al empleado, quien no se resiste y lleva sus manos a la cabeza.

Si bien el chico le dio el dinero de la recaudación, para asegurarse una total sumisión el violento ladrón le apoyó el revólver en la cabeza y lo obligó a arrojarse al suelo. Eso sí: siempre amenazando al damnificado con que presionaría el gatillo si se daba vuelta. Luego, escapó en la moto con la que había llegado y estacionado metros más adelante.

“Habíamos tenido muy pocos clientes hasta esa hora”, comentó a este diario un representante de la firma. Al mismo tiempo indicó que el delincuente se pudo apropiar de los pocos billetes que había en la caja hasta ese momento. “Hoy en día, los pagos con transferencias o tarjetas se están transformando en la norma. Es por eso que muchos negocios ya no trabajan con los volúmenes de efectivo con los que trabajaban antes. Los clientes abonan en su mayoría con medios de pago electrónicos porque consideran que es más práctico y más seguro que andar con plata. Con las apps y tarjetas, efectivo se recauda poco y nada”, sostuvo.

Pese a que fue un ataque fugaz, no hay dudas que el acusado hizo un trabajo de inteligencia previo ya que entró sabiendo que no había clientes y estudiando las vías de escape. También tenía en claro otros datos como la ubicación de alarmas y cámaras, y el funcionamiento de la caja.

Apenas puso un pie en el local tapó su rostro con su brazo y de este modo, pese a haber quedado filmado por las cámaras de seguridad del comercio, hizo imposible distinguir sus rasgos faciales. Lo concreto es que, con el arma en la mano, avanzó hacia el otro lado del mostrador dejando al empleado de la firma sin escapatoria.