Espejito, espejito

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Carlos es, por lejos, el Windsor que más ha tratado a los miembros de otras familias reales. Representó a su madre durante años en bodas y funerales y así ha creado complicidad y admiración mutua con sus pares. Por eso, y a pesar de que el protocolo indicaba lo contrario, ha invitado a todos los monarcas a acompañarlo en su coronación. Si los muchachos reales han ido sencillos sin más afeites que las condecoraciones, algunas de las damas, han llamado la atención por haber estrenado atuendos y accesorios de alta moda.

Rey Abdula y reina Rania de Jordania / AFP

Todas eligieron vestidos de un solo tono: violeta oscuro para Mary de Dinamarca, rosa claro para Matilde de Bélgica y Mette-Marit de Noruega, azul para Victoria de Suecia y María Teresa de Luxemburgo (la única de pantalones) y manteca para Rania de Jordania y Charlene de Mónaco, siempre la más sofisticada aun cuando no acierte del todo en el modelo.

El rey Guillermo de los Países Bajos, y la reina Máxima / AP

Pero, como siempre, las que han destacado han sido la reina de España y nuestra Máxima. Letizia se coronó la reina de la moda con un dos piezas en rosa chicle. La falda era tubo y la chaqueta de corte péplum con abotonadura y bordado a tono en el pecho. Dos complementos sumaron sofisticación y simbolismo: la enorme capelina semicubierta con tul y los aros de diamantes que pertenecieron a Victoria Eugenia, la reina inglesa de España, madrina de bautismo de su marido.

El príncipe Fumihito y la princesa Kiko de Japón / AP

La reina de los Países Bajos estaba preciosa. El cabello más rubio que nunca, con ondas, estaba cubierto con un tocado vanguardista. Llevaba un vestido muy favorecedor del diseñador Jan Taminiau con flores bordadas en la parte superior que le daba un juego de transparencias. El problema del atuendo (y por el que fue criticada) es que era blanco. Seguramente no fue especificado en la invitación que no se podía ir de blanco pero tampoco se especifica en las bodas y se sabe que es un color prohibido para las invitadas. Era de suponer que la reina Camila y la princesa de Gales iban a elegir ese color para los trajes de ceremonia. Preciosa estaba pero desubicada, también.

Los grandes duques de Luxemburgo, Henri y Maria Teresa / AFP

 

Carlos III
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