Asalto, amenazas y terror en Altos de San Lorenzo

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La mañana de ayer seguramente quedará marcada entre los peores recuerdos para una joven, de nacionalidad paraguaya, que reside en el barrio Altos de San Lorenzo.

Es que según lo informado por fuentes policiales, estaba en su precaria vivienda -una casilla de madera, cercada por chapas en su frente- de las calles 19 y 90, cuando un episodio de inseguridad alteró su tranquilidad por completo.

Se informó al respecto que la dueña de esa propiedad hacía un rato que se había levantado y se dirigía a atender a su hijita, de apenas un año de edad, cuando se sobresaltó al escuchar ruidos que provenían de la entrada a su inmueble.

“CREYÓ QUE ERA EL PERRO”

De acuerdo a lo revelado a EL DIA por uno de los investigadores de este asalto, la damnificada “supuso al principio que los ruidos los habría provocado su perro, en un intento por escapar del lugar”.

Lamentablemente para esta joven, la situación se debía a una circunstancia muy distinta. Y traumática, por cierto.

Consignó al respecto que “cuando esta chica se acercó a la puerta de entrada, de inmediato observó que del lado de la calle había dos delincuentes”.

Espantada por esa imagen, su nerviosismo enseguida atravesó a todo su cuerpo porque, indicó el mismo informante, “uno de los asaltantes comenzó a golpear fuerte una de las chapas que rodean a la casilla de madera de la víctima”.

Consciente del peligro que implicaba la intención de esos desconocidos, la joven no dudó en tratar de evitar que lograran su propósito.

Para ello, apoyó bien fuerte sus manos la puerta de chapa del frente, mientras que lo propio hacía uno de los sujetos.

Hasta que, para vencer la desesperada y tenaz resistencia de la dueña de casa, el delincuente comenzó a golpear, repetida y vehementemente, la puerta de dicho material, hasta que consiguió que cediera.

“NO ME MIRES, NO GRITES”

Una vez que los asaltantes lograron su objetivo primario de ingresar a ese domicilio, al quedar cara a cara con la víctima, le impartieron dos precisas y contundentes órdenes.

En tal sentido, el detective que habló con este diario “enseguida uno de ellos le dijo `no me mires, no grites´ y también la conminó a que les diera la plata y la llave de la moto”.

Para atemorizarla, uno de los hampones “sacó de entre sus ropas un arma de fuego de color plateado, tipo pistola, y agarró de un abrazo a esta chica”.

A esta altura, la preocupación central para la joven madre pasó a ser su beba. “Por eso corrió a protegerla, para asegurarse de que no fuera a correr ningún riesgo de que la tomen de rehén o que pudieran golpearla y lastimarla”, reflejó el pesquisa.

Por su apresuramiento para estar junto a la pequeña, “se le cayó al piso el teléfono celular, que enseguida los delincuentes lo levantaron y se lo quedaron”.

“También agarraron la llave de la moto de la joven, una Yamaha de modelo New Crypton, de 110 cilindradas y de color negro, con un detalle en color rosa en su parte delantera”, detalló luego.

SINGULAR AVISO A UN VECINO

Por último, el investigador policial reveló que “una vez que los delincuentes escaparon con la moto y el celular de esta chica, ella tiró una piedra al techo de un vecino, en señal de que necesitaba ayuda”.

“Cuando fue a socorrerla, le pidió que se comunicase con su pareja, que en esos momentos se encontraba trabajando”, acotó.

Por el momento la Policía no tiene rastros sobre esos ladrones.

 

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