En JxC la puja sigue pasando por Schiaretti

El martes 13 fue una jornada afiebrada para la política. Ayer, en efecto, las dos principales coaliciones, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio (JxC), encaraban las negociaciones finales para inscribir, hoy a la noche, las alianzas y frentes electorales que competirán en las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 13 de agosto.

Las mesas políticas están definiendo contrarreloj la ingeniería electoral para mantener la unidad de lo que hay o también sumar nuevos espacios para ampliar las bases electorales respecto a las elecciones de hace dos años. Según lo estipulado por la Cámara Nacional Electoral (CNE), el plazo a nivel nacional para presentar la composición de frentes y alianzas es hasta hoy a la medianoche. En la provincia de Buenos Aires, no obstante, se extendería hasta el jueves a las 9.30 AM, según fuentes citadas por la agencia oficial.

Agitado internamente en la última semana por la idea defendida por el larretismo, parte del radicalismo y los “lilitos” de incorporar a sectores peronistas no kirchneristas a la alianza, Juntos por el Cambio se encamina a presentar ante la Justicia la estructura central que se conoce hasta ahora: la Unión Cívica Radical (UCR), el PRO, la Coalición Cívica de Elisa Carrió y Encuentro Republicano Federal, referenciado en el justicialista Miguel Pichetto.

Juntos, en rigor, también está integrado por partidos más chicos, como el Partido Demócrata Progresista (PDP), el Partido Unión Popular, el GEN de Margarita Stolbizer, el Partido Unir de Alberto Asseff y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID). Se supone que seguirán siendo de la partida si es que están bien de papeles. Si bien en los últimos días fue incorporado José Luis Espert y su espacio, Avanza Libertad, no se trata formalmente de un partido político a nivel nacional y por lo tanto no tiene que ser inscripto en el cierre de alianzas de hoy, según las normas de la Justicia electoral. Los apoderados de la coalición opositora son Santiago Alberdi del PRO y Mariano Genovesi por el lado del radicalismo.

El debate en Juntos por la incorporación del cordobés Schiaretti fue un cimbronazo que profundizó las diferencias entre Larreta y su rival en la pelea por la candidatura presidencial, Patricia Bullrich, quien hizo fuerza común con el expresidente Mauricio Macri.

cerca de las urnas

En verdad, fue un momento incómodo para intentar la fusión a nivel nacional: en Córdoba habrá elecciones para gobernador el próximo domingo 25 y allí Juntos enfrentará al partido de Schiaretti, quien no tiene reelección pero obviamente apoya a un pupilo, Martín Llaryola. El candidato cambiemista es Luiz Juez, en alianza con el radicalismo de La Docta. Se entiende, pues, el resquemor de los opositores cordobeses, sólo enfocados en la cuestión provincial.

El triunfo el último domingo del peronista Claudio Poggi en San Luis cebó un poco más a Larreta. Poggi fue, en rigor, el candidato de la expresión provincial de Juntos -que en verdad fue una gran alianza de casi toda la oposición- y logró destronar a la dinastía de los Rodríguez Saá. El alcalde porteño le levantó la mano como símbolo de que su idea de acercarse al peronismo no K para desplazar al kirchnerismo y asegurar gobernabilidad futura puede ser redituable.

“Para nosotros la vocación de sumar no concluye nunca. Para ganarle al kirchnerismo y cambiar la Argentina tenemos que estar juntos y ser más. Es lo que se necesita en el país. Unión, sumar, ser lo más amplios posible”, fueron las palabras de Larreta en aquella noche de festejos. ¿Una referencia a Schiretti? Es probable.

Pero hasta donde se sabe Schiaretti inscribirá hoy su propio frente nacional, con el que piensa participar de las PASO como candidato a presidente. Se llamaría “Hacemos por nuestro país” y lo integrarán dirigentes justicialistas no alineados con el kirchnerismo, el Partido Autonomista, el Partido Demócrata Cristiano, una parte del Socialismo y otras fuerzas provinciales. Resta todo el día de hoy para saber si ese paquetito político del cordobés termina jugando sólo o una conversación sobre la hora lo deposita en el mundillo de Juntos, algo que hasta anoche parecía improbable.