Uso excesivo del celular: una problemática global
Edición Impresa | 11 de Julio de 2023 | 02:39

Por ANTONELA CIPARELLI MORENO
“Me muevo con un cargador portátil por si se me termina la batería”, cuenta Ayelén, quién se desempeña en diseño y comunicación, sobre la importancia que tiene para ella el uso que le da al celular y admite estar en pantalla más de 5 horas por día. Argentina se encuentra entre los 5 países que sus habitantes pasan más tiempo conectados, según un estudio reciente de la consultora “Electronic Hub”, en el que se expone que las personas pasan aproximadamente unas 6 horas y 37 minutos frente a un dispositivo móvil, destacando la permanencia en las redes sociales.
Durante la década de 2010 aparece el smartphone con las aplicaciones integradas que poco a poco fue unificando una cantidad de dispositivos como despertadores, cámara de fotos, equipos de música, entre otros y unificándolo en un solo aparato: el celular. Frente a este acontecimiento tecnológico el filosofo francés, Eric Sadin, explica: “Nuestros gestos, nuestras conductas están cada vez más guiados por sistemas, con el fin de liberarnos de una serie de esfuerzos y señalarnos continuamente la vía de la verdad” y va más allá: “Una de las dimensiones más sobresalientes que permite la inteligencia artificial es la interpretación cada vez más en tiempo real de los comportamientos y, a su vez, la posibilidad de dirigirlos”.
Diferentes usuarios fueron consultados por EL DIA sobre el tiempo que destinan al uso del teléfono celular, las aplicaciones más usadas y qué influencia genera sobre las decisiones que toma en su cotidianidad. En este sentido, Ayelén afirma que las redes sociales (Instagram, Twitter y Tik tok) son las aplicaciones que más utiliza, además de Whatsapp, y sostiene: “Me parece importante tener momentos de desconexión, particularmente lo uso hasta para trabajar y como te dice la cantidad de tiempo en pantalla empecé a controlarlo, llegué a estar más de 9 horas en pantalla”, se lamenta. “Mucho de ese tiempo era para mirar redes, es una adicción para mi, entonces empecé a prestar atención y reducir ese tiempo muerto”, agregó.
Manuel de 30 años también explica que no puede quedarse sin batería porque “busco un enchufe enseguida” y sostiene un uso pleno: “Mientras viajo escucho música, uso el ‘waze’ que me dice que camino tomar, donde hay menos trafico”. De acuerdo a la cotidianidad cuenta que “leo las noticias ni bien me levanto y me mantengo comunicado por trabajo, con amigos y familiares durante todo el día. También es mi despertador por lo que no me puedo irme a dormir si el teléfono esta apagado”, finaliza.
CAMBIO DE RELACIÓN
En cuanto a la relación con la experiencia Sadin explica que “cambia la relación con lo real, con los otros, con el espacio, en la medida que cada vez más los distintos sistemas nos revelan hechos, diagnósticos y evaluaciones en tiempo real del estado de las cosas, además de indicar acciones que deben realizar los individuos”.
Mateo justifica que su herramienta de trabajo es el celular con el que genera contenido y diseña: “No me puedo desconectar, últimamente pongo en modo no molestar para dormir” comenta. Del mismo modo, afirma seguir publicidades y se mantiene informado de promociones en indumentaria que en algunas oportunidades compra. También coincide con los relatos sobre la falta de batería: “Si estoy viajando o no encuentro el cargador siento que me desconecto del mundo, no sé lo que pasa”.
Camila se traslada con una batería portátil en la mochila y afirma “es parte esencial de mi día a día, trabajo con el celular que en promedio estoy más de 6 horas, en pantalla”.
Como dijo Manuel, el uso de celular se ha ido extendiendo de reemplazar otros dispositivos y utilizar todo en un mismo objeto a convertirse en un aparato que puede organizar y orientar la vida de las personas a través de “consejos”.
También, como afirma Martina “en el teléfono tengo incluso el contador de pasos que me indica el parámetro establecido de movimiento requerido para adoptar hábitos saludables y controlo todos los días cumplir con la meta que me indica”.
Marco, por su experiencia manifiesta que el algoritmo le va indicando a través de mucha publicidad sobre deseos que expresó o compras que quería realizar y le va llegando promociones de bienes y servicios que delimita la búsqueda y le garantiza ir “por aquello que quería”. Del mismo modo, manifiesta sensaciones de tristeza y ansiedad en el caso de tener el teléfono apagado.
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