Una multitud copó el predio marista y disfrutó como nunca

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Desde muy temprano el predio azulgrana de la calle 520 se vio bañada de auténtica pasión ovalada por los colores y las ganas de vivir el rugby con la máxima fiesta que tiene el deporte en nuestra ciudad: el clásico.

Y justamente este choque, que es el más sanguíneo de todos, que ayer tuvo su capítulo Nº 58 y sentenció que San Luis metiera doblete y se quedara con los dos partidos disputados en este 2023( el anterior había sido el 42-19 del 25/03).

Y realmente nadie se lo quiso perder, porque desde las 9:30 se dio el encuentro de escuelita donde los niños de M-6, M-7, M-8, M-9, M-10, M-11, M-12, M-13 y M-14 se dieron el gran gusto de jugar “su” clásico en las canchas que dan a 25 y 520 donde todo fue ideal. Porque todas las canchas reventaron de chiquillos, que junto a sus padres empezaron a matizar todo.

En tanto que para el almuerzo de camaradería, ambas dirigencias volvieron a compartir anécdotas y gratos momentos ligados al partido que pone en juego la pasión por los colores y el club. Del meeting fue partícipe el intendente de nuestra ciudad Julio Garro, ex jugador marista.

Y después fue solo ver como ambas parcialidades le metieron color y color durante toda la tarde; los azulgranas se ubicaron en la tribuna que da espaldas a la calle 522, mientras que los del Amarillo, lo hicieron de cara a la calle 29. Demás está decir que no pasó absolutamente nada y todo se dio en el más correcto de los días. Lo dicho, una verdadera fiesta.

“La Pandilla de Gonnet” a pleno en la tribuna/ Roberto Acosta

 

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