Después de lo observado ayer, seguro que en Guayaquil va a jugar bastante mejor
Edición Impresa | 9 de Julio de 2023 | 04:30

Martín Mendinueta
@firmamendinueta
Partido grande en el rótulo y muy pequeño en su ordinario desarrollo. La decepción que generaron Estudiantes y Racing en forma conjunta fue rotunda. El cero a cero describe, en parte, el concierto de imprecisiones y carencias que caracterizó a ambos.
Es verdad que Eduardo Domínguez, claramente decidido a apostar fuerte por continuar avanzando en la Copa Sudamericana, preservó aparte de su mejor elenco, pero lo observado ayer fue decididamente pobre.
El presente albirrojo ha bajado su nivel en forma abrupta. Por supuesto que los cambios inciden en el funcionamiento global, pero hay cuestiones de fondo que no se pueden soslayar.
Estudiantes juega con un ejército de mediocampistas que no están teniendo peso en el área rival, que no asisten a su único delantero y que, como si lo señalado fuera poco, tampoco cortan el juego rival. ¡De qué le sirve poner tanta gente en la franja central si no marca diferencias en ninguna faceta del juego!
Las recientes declaraciones públicas de su entrenador han sido claras y certeras. Así como viene jugando, el León se ha vuelto impotente. Ahora, ciento por ciento concentrado en su desempeño continental, necesita volver a mostrarse sólido en defensa y peligroso en ataque.
el primer tiempo fue una suma de planes carentes de precisión
En el contexto de una etapa inicial infectada de malos pases e intenciones fallidas, ver atacar a Estudiantes representó un espectáculo desnudo de interés.
Por momentos, Mauro Boselli pareció jugar como un elemento diferenciado del resto de sus compañeros. Repetir que se lo observa solo y superado por la situación ventajosa de los defensores rivales, representa un ejercicio cruel que tortura a los hinchas albirrojos.
El análisis y su consiguiente diagnóstico termina siendo un rulo donde causa y consecuencia construyen una relación insalubre para el funcionamiento del equipo.
Un único delantero, que para nada se destaca por la velocidad, al que no “alimentan” los mediocampistas ubicados para tal función, termina desgastado, impotente y frustrado. En ese contexto, el camino al gol se ha vuelto una quimera.
Además, sin Ascacibar perdió marca y permitió que el toque que caracteriza a los dirigidos por Gago se observara con algo natural.
Verlo a Estudiantes en su estadio atacando muy de vez en cuando resultó un choque para la vista.
Nadie pedía el ingreso de Mauro Méndez, ni de Matías Godoy... pero Eduardo Domínguez, que tiene “pocas pulgas”, resolvió que después de semejante producción ameritaba la realización de tres variantes para afrontar el segundo tiempo. A algunos los preservó para el partido en Guayaquil, pero el chico Nicolás Palavecino no tuvo un debut positivo como titular.
Entre lo que guardó para la Copa y lo que fue incapaz de generar por su prolongada impotencia, la primera mitad mostró una versión para nada seductora del Pincha.
tres cambios en el vestuario para que nada se modifique
Convertido en un mix de contornos difusos, el León hizo que el arquero chileno Arias se luciera con la simple tarea de ser reiterativo en atrapar centros que llegaban a su posición.
Jamás ha sido habitual ver a Estudiantes, en su casa, atacando poco y con tantas limitaciones. Toda la revolución que supo inculcar Domínguez días después de su arribo al Country de City Bell hoy tiene la silueta de un recuerdo cercano.
Ayer apostó dándole la primera oportunidad como titular al joven Nicolás Palavecino y en el entretiempo decidió sacarlo. Ese fue un cambio de diagnóstico puro. No lo convenció. De ningún modo lo guardó para ponerlo entre los once que saldrán al campo en Ecuador.
El cercano receso de mitad de año tendrá muchos movimientos. Nada indica que este plantel experimentará pocas modificaciones. Entre salidas y llegadas, la fisonomía cambiará por la sencilla razón de que los suplentes no generan buenas expectativas y eso no debe suceder.
Así como luce hoy, estancado en un nivel de rendimiento que a nadie seduce,preocupa más de lo que entusiasma.
Algo de ilusión aparece en el fondo del túnel. Después de lo observado ayer, seguro que frente a Barcelona va a jugar mejor.
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