Urtizberea vuelve con “Una casa llena de agua”
Edición Impresa | 11 de Agosto de 2023 | 03:29

“Una casa llena de agua”, primera incursión teatral de Tamara Tenenbaum y también primer monólogo que protagoniza Violeta Urtizberea, regresa hoy a La Plata.
La pieza, que narra ciertos acontecimientos de una joven de veintitantos que estudia en la universidad y trabaja de niñera mientras busca su lugar en el mundo, se ofrecerá hoy a las 21 en el Coliseo Podestá, 10 entre 46 y 47.
Bajo la dirección de Andrea Garrote, “Una casa llena de agua” va por su tercera temporada en la cartelera porteña, y tras el éxito de su primera visita a la Ciudad, el año pasado, regresa.
Urtizberea, que con esta pieza regresó a las tablas tras varios años de alejamiento, contó que “hay algo en el lenguaje de Tamara, en la forma de decir y en el mundo imaginario que ella construye que comulga mucho con el mío; cuando leí la obra me encantó, me conmovió mucho y también la sentí muy cercana, la iba leyendo y sentía que la podía ir diciendo al mismo tiempo”.
Y en ese sentido, sumó: “Eso me facilitó las cosas porque yo nunca había hecho un monólogo y hasta que me puse con esto lo consideraba algo cercano a la fatalidad, pero, como te decía, el lenguaje común que respira el texto fue algo que me jugó a favor y que me decidió a encarar el proyecto”.
Urtizberea, a quien en cine se la vio en “Insoladas” y “Voley”, entre otras películas, y en televisión arrancó de niña en el inolvidable “Magazine for fai”, que ideó y condujo su padre Mex, destacó el aporte fundamental de Garrote para que este proyecto viera la luz.
“Tamara venía más del mundo de la literatura y entonces la mirada de Andrea sumó muchísimo y ella realizó distintas operaciones propias respecto del texto, hubo como un movimiento muy positivo y muy fluido donde Andrea y Tamara se entendieron muy bien y lograron ensamblar todo de manera bastante impecable para que funcione muy bien”, aseguró.
Sobre su personaje, Milena, dijo que “no es de mi época ni tiene mi edad pero reconozco todas las pertenencias de los 90 y fue algo que me quedó bastante cercano, además de que la obra, aunque está situada unos años atrás es recontra actual”.
En plena década del 90, una joven estudiante de Biología entra a trabajar como niñera en la casa de una familia acomodada. Entre peluches y frascos de compota, Milena le irá contando a Angie, la bebé que cuida, su vida en tiempo real: sus miedos, sus romances, sus fantasías y el nudo en el que todas esas líneas se cruzan, la pregunta por un futuro incierto. Milena, despliega un universo que tiñe sus formas de sentir y de pensar: el fondo del mar y los seres que lo pueblan. La metáfora del océano como un lugar de posibilidades y también de peligro se va volviendo cada vez más intensa a medida que Milena intenta entender su propia búsqueda y los costos económicos, éticos y emocionales de la adultez.
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