Vecinos reclaman más celeridad en el traslado de la “Zona Roja”
Edición Impresa | 12 de Agosto de 2023 | 03:45

Pasó un mes desde que se firmó el decreto en donde asigna un lugar específico para la oferta sexual en la Ciudad, pero la nueva locación no tiene movimiento y los vecinos de El Mondongo, el barrio donde históricamente hubo prostitución en La Plata, reclaman que nada ha cambiado: la problemática los sigue incomodando.
La Comuna local dispuso que la denominada “Zona Roja” funcione ahora en un sendero de 150 metros trazado dentro del Bosque, con ingreso y egreso de automóviles por las avenidas 52 y 122, donde ya se colocaron luminarias y en breve instalarían cámaras de seguridad y una garita sanitaria.
“Las chicas siguen en las mismas esquinas de siempre y pareciera que la camioneta de Control Urbano está para cuidarlas porque hasta ahora no hemos notado ningún cambio”, expresó un frentista de la zona de 1 y 62.
“Hicieron tanto circo y nada ha cambiado. Invirtieron dinero en armar la nueva `Zona Roja´y de acá no se mudó nadie, siguen parando en las esquinas como siempre”, reclamó otra vecina del mismo barrio.
Desde el barrio de la “nueva Zona Roja”, algunos vecinos que viven del otro lado de la avenida 122 se manifestaron despreocupados, aún cuando “acá no pasa nada. No vimos a nadie que viniera a `trabajar´ ni autos que se metan por el sendero”.
Días atrás, ante la consulta de este diario, la secretaria de Asistencia a la Víctima y Políticas de Género local, Ileana Cid, explicó que desde ese área se había comenzado a llevar adelante una serie de operativos nocturnos en El Mondongo donde “se les informa a las trabajadoras sexuales de la existencia del nuevo lugar y la necesidad del traslado”. Aunque no especificó la fecha del inicio de la implementación de las multas que establece el Código de Convivencia frente a la contravención del comercio sexual fuera del área asignada.
Y es que si no se cumple la nueva implementación de la rezonificación de la “Zona Roja”, las trabajadoras sexuales pueden ser multadas de acuerdo a la ordenanza 12.170 denominada Código de Convivencia y sancionada en noviembre de 2021.
Esta normativa establece en su artículo 215 la pena de una multa de entre 100 y 900 módulos municipales “al que ofreciere, solicitare, negociare o aceptare directa o indirectamente servicios sexuales retribuidos, en los espacios públicos no autorizados”.
Se estima que la pena en términos económicos para los involucrados en la actividad costaría entre 29.000 y 261.000 pesos.
Aunque aún no se sabe cuándo se iniciará el cumplimiento efectivo de la nueva disposición, desde el Municipio explicaron hace una semana que la efectivización de la medida “depende de la Policía y de las trabajadoras sexuales”. Sin embargo, la normativa enmarcada indica que la oferta sexual en la vía pública es una contravención con multas municipales.
Se entiende que la presencia de la Policía se solicita como medida para garantizar la seguridad en el proceso de cumplimiento de la normativa en cuestión.
“NO ES DE UN DÍA PARA OTRO”
Consultados ayer por este diario, desde la Comuna destacaron que “este proceso de erradicación no es de un día para el otro. Es importante aclarar que es la Policía quien deberá bregar por su cumplimiento y las sanciones serán las establecidas en el Código de Convivencia”.
En ese sentido, también expresaron que la nueva rezonificación de la Zona Roja “permitió generar un nuevo espacio fuera del área residencial para esta actividad, de acuerdo a lo establecido por el Código de Convivencia local”.
Este área de la “nueva Zona Roja” está contigua a un predio donde se creó una pista donde ciclistas realizan trucos y acrobacias en la bicicletas todo terreno.
Según se puede observar desde la avenida 122, lindero al sector establecido para la oferta sexual, en terreno del Bosque, se realizaron varios levantamientos de tierra donde los deportistas practican actividades con bicicleta.
La problemática de la Zona Roja, que se profundizó durante los últimos años en la Ciudad, genera un reclamo constante de los vecinos que, incluso, ven devaluadas sus propiedades por lo conflictivo que resulta el barrio en el que residen. Además, está la compleja convivencia entre sectores.
El traslado fue impulsado desde la Comuna en los últimos años y pese a que quedó resuelta a partir de la sanción del Código, sigue siendo motivo de debate.
Los vecinos de El Mondongo se dividen entre quienes tienen la esperanza de que el problema se solucione en un breve lapso y los que entienden que sin un verdadero compromiso municipal y policial va a resultar imposible que la oferta sexual se traslade fehacientemente a la zona del Bosque establecida especialmente para tal finalidad.
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