Familiares de la mujer con “células inmortales” lograron un acuerdo
Edición Impresa | 2 de Agosto de 2023 | 01:18

La familia de Henrietta Lacks, la mujer afroestadounidense con “células inmortales” que permitió revolucionar la medicina moderna hace 70 años, alcanzó un acuerdo con Thermo Fisher, la empresa de biotecnología que usó el material genético de la mujer sin su consentimiento, anunciaron los abogados.
“Las partes están satisfechas de haber encontrado una manera de resolver este asunto fuera de los tribunales”, señalaron los abogados de la familia Lacks, Ben Crump y Chris Seeger, en un comunicado difundido ayer.
Sin embargo, no se revelaron los términos del acuerdo que se alcanzó casi dos años después de que se presentara una denuncia en el estado estadounidense de Maryland. Thermo Fisher Scientific Inc también confirmó el acuerdo con las mismas palabras que los letrados de la familia.
En 1951 Henrietta Lacks, de 31 años, murió de cáncer de cuello uterino en el Hospital Johns Hopkins de Baltimore, pero durante los intentos por curarla se extrajeron células de su tumor que fueron enviadas a un investigador sin que ella lo supiera.
El investigador se dio cuenta rápidamente de que sus células, rebautizadas como células HeLa, eran extraordinarias porque podían ser cultivadas in vitro, es decir, fuera del cuerpo humano, y multiplicarse hasta el infinito, convirtiéndose en “las primeras células humanas inmortales” que crecieron en un laboratorio.
Esto permitió a farmacéuticas de todo el mundo desarrollar vacunas, especialmente contra la poliomielitis, tratamientos contra el cáncer y algunas técnicas de clonación.
La familia de Henrietta Lacks no se enteró hasta la década de 1970 y no entendió el alcance, hasta que la investigadora Rebecca Skloot publicó en 2010 el éxito de ventas “La vida inmortal de Henrietta Lacks” (The Immortal Life of Henrietta Lacks).
Al marido de Henrietta, David Lacks, le informaron muy poco sobre los estudios a los que ella había sido sometida. Las sospechas alimentadas por cuestiones raciales, frecuentes en el sur de su país, fueron arregladas por cuestiones de clase y educación. Por otra parte, los miembros de la familia Lacks nunca estuvieron enterados de su existencia y cuando ésta fue revelada se mostraron sorprendidos de que hubieran sido tomadas sin su consentimiento.
“Llevan 70 años usando sus células y la familia Lacks no recibió nada a cambio de este robo”, denunció su nieta Kimberly Lacks en 2021, cuando anunció junto a otros descendientes que tenían la intención de presentar una denuncia y acusó a Thermo Fisher Scientific de lucrar con la comercialización de las células.
Desde que las células de Henrietta fueron puestas en producción masiva han sido enviadas a científicos alrededor del mundo para investigaciones sobre cáncer, sida, los efectos de la radiación y sustancia tóxicas, mapeo genético y un número incontable de propósitos científicos. También han sido empleadas para investigar la sensibilidad humana a cinta adhesiva, pegamento, cosméticos y muchos otros productos.
Se calcula que la ciencia ha producido ya unas 20 toneladas de células HeLa y más de 11.000 patentes comerciales con ellas sin terminar de descubrir la causa de su peculiaridad.
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