Los argentinos ya se portaron bien, ahora les toca a los brasileños

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Durante toda la estadía de Estudiantes en suelo brasileño se habló del comportamiento de sus hinchas. Allí se hizo foco en que no realizaran gestos racistas porque la Ley en ese país preveía sanciones no excarcelables con pena de hasta cinco años de prisión para todos aquellos que las incumplieran.

Por eso se pusieron 320 cámaras para captar cada uno de los movimientos de los simpatizantes que llegaron hasta el Arena Corinthians, desde su ingreso, el traslado por el playón, y su ubicación en las gradas. Cada gesto, movimiento o acción fue captada por alguna cámara y decenas de personal de seguridad especial, muy atento al público albirrojo.

Por suerte esta vez no hubo hechos para lamentar. Los hinchas argentinos entendieron el mensaje y ni siquiera les cruzaron las miradas. Esta fue la mejor decisión para evitar caer en una respuesta que a veces las pulsaciones de un partido de fútbol pueden provocar. Ejemplos sobran, independientemente de los estadios y los rivales.

Ahora bien, según relataron varios hinchas de Estudiantes, todo el tiempo se sintieron provocados. De hecho, las lonas que cubrían los alambrados divisorios fueron bajadas por ese personal de seguridad para que centenares de locales se acercasen y mostrasen mensajes, algunos en carteles y otros en celulares. Por ejemplo, uno muy hiriente teniendo en cuenta el sentir social del país con determinados temas: “Las Malvinas son inglesas”.

Además, levantaron el dedo del medio de sus manos o mostraron billetes argentinos con la intención de romperlos. “Todo el tiempo nos provocaron, pero no ví que rompieran billetes; sí los tenían y nos mostraban”, comentó uno de los fanáticos presentes en el partido de ida del cruce copero frente a Corinthians del pasado martes.

Los hinchas de Estudiantes se portaron bien y no hubo incidentes ni hechos para lamentar. Todo un avance.

 

De parte del público brasileño existió provocación durante todo momento

 

Pero sería importante que también se busque controlar de alguna manera esa provocación constante que a esta altura parece una trampa para cazar a algún “racista” o a algún maleducado, independientemente del equipo rival en la competencia internacional.

Dos hinchas de San Lorenzo fueron detenidos por hacer señas y gestos. Uno de ellos todavía sigue en Brasil y lleva gastados 30 mil dólares en gastos de abogados. Espera por el inicio del proceso judicial, porque hay una imagen de celular que lo mostraría haciendo ese gesto tan criticado y mencionado anteriormente. No la pasó nada bien porque estuvo una semana preso en un penal a 300 kilómetros de Sao Paulo.

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