El modelo a seguir que le ofrece a nuestra zona la Fiesta del Inmigrante

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Con el inicio el domingo próximo de la Fiesta Provincial del Inmigrante, que se desarrollará todo el mes de septiembre y que cumplirá su 46ta. edición consecutiva, se abrirá una vez más una muestra cuyas características únicas –ya que resume y exhibe la identidad y el aporte de las distintas colectividades que vinieron a radicarse en la zona y especialmente en la vecina ciudad- le hicieron alcanzar una justificada aceptación en nuestro país.

Tal como se informó, Berisso expone desde 1977 sus mejores tradiciones en una verdadera fiesta que viene recibiendo a más de 100 mil visitantes llegados de distintos puntos de la Argentina, para participar de sus variados y coloridos capítulos.

Año tras año, durante el llamado “Mes del Inmigrante” se promueven actividades como torneos deportivos, un desembarco simbólico que representa la primera llegada de los inmigrantes de las 22 colectividades que se quedaron para siempre en Berisso, funciones de teatro, celebraciones litúrgicas, conciertos, conferencias, exposiciones, y principalmente los “Festivales de Colectividades”, que comprenden espectáculos musicales y de danzas.

Para la ocasión, se monta especialmente en el Parque Cívico berissense la “Carpa del Inmigrante”, donde los visitantes pueden degustar las comidas típicas de cada país preparadas por los integrantes de las distintas colectividades. La celebración culmina con la elección de la Embajadora y el Embajador del Inmigrante y el Desfile de Cierre de las Colectividades.

Siempre se ha señalado en esta columna que la Región debiera aprovechar el ejemplo y la potencialidad de la Fiesta del Inmigrante, a la que, por su continuidad y repercusión popular, se la ha comparado con la Feria del Libro que también en forma anual se desarrolla en la ciudad de Buenos Aires.

Ambos encuentros, se ha dicho, parecen cifrar buena parte de su éxito en la continuidad que han logrado sostener durante varias décadas, superando seguramente muchas épocas y circunstancias críticas. La persistencia demostrada por los organizadores de ambos encuentros resulta auspiciosa y, desde luego, es merecedora de elogios.

Así, se ha dicho en forma reiterada que nuestra región debe aprovechar su valioso patrimonio turístico, para poder desarrollar a pleno una actividad que podría significar la captación de ingentes recursos económicos y, como lógica derivación, la creación de fuentes de trabajo.

Es por ello que la celebración en Berisso debería ser vista como uno más de los patrimonios turísticos y culturales de nuestra zona, entre los que pueden mencionarse al Museo de Ciencias Naturales, la Catedral, el Observatorio Astronómico, el parque Pereyra Iraola, la costa de Punta Lara, el diagrama geométrico y los edificios públicos de La Plata, el Fuerte Barragán, la República de los Niños, el Paseo del Bosque y el Teatro Argentino, entre tantos otros.

Sería deseable entonces que, en este caso una realidad como lo es la Fiesta del Inmigrante –como lo son también los otros sitios mencionados, aún cuando pesen como factores negativos algunas omisiones como, por ejemplo, la ausencia de campañas promoción turística- actúe como disparadora de políticas regionales que sepan aprovechar un recurso tan valioso como lo es el turismo y que, sin embargo, inexplicablemente, se mantiene desaprovechado.

 

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