Blindó su autoservicio y así pudo mitigar el daño de un golpe delictivo
Edición Impresa | 20 de Septiembre de 2023 | 04:30

Un comerciante de Barrio Hipódromo sufrió un ataque delictivo en su autoservicio de Diagonal 74 y 115, el que “blindó” para la ocasión. Y así, al menos, logró mitigar los efectos negativos del golpe.
El hecho, que quedó filmado por una cámara de seguridad, fue cometido por dos motochorros, quienes intentaron sin éxito penetrar en el box de cobro, que está separado del resto del local por una especie de mampara vidriada y cuya puerta de acceso tiene una doble chapa reforzada.
“Hola, tenés algo para dar”, preguntó uno de los ladrones en la previa al robo.
La respuesta, a través de un amplificador de sonido, como en las boleterías del cine, fue contundente: “No, no tengo”.
Después hubo una segunda consulta sobre el precio de un artículo, que el dueño del local, sabiendo lo que se le venía, directamente no contestó. Lo único que pidió fue “cerrame la puerta”.
Quien estaba observando la góndola con mercadería llevaba un cuello tipo polard, que le cubría toda la cara, salvo los ojos. Además usaba gorra visera.
Ahí entonces, cuando ya no había más coartada, directamente avanzó sobre la entrada al sector de la caja registradora, aunque no hubo topetazo o patada que pudiera vulnerarla. Ni siquiera con la ayuda del cómplice, que ingresó al negocio con el casco de la moto en la cabeza.
Por eso no les quedó más remedio que emprender la retirada, aunque no con las manos vacías, ya que manotearon unos chocolates y otros elementos que sí estaban a su alcance.
Lo último que logró escucharse antes de que finalice el video de la cámara de seguridad, fue “te están filmando, tarado”.
Ayer por la tarde, cuando entrevistaron al comerciante, el hombre denunció una situación de absoluta desprotección, tanto policial como judicial.
A la Policía le endilgó la falta de patrullajes y a la Justicia, la liberación de delincuentes.
Por eso no le quedó más remedio que fortificar el local.
“Estamos absolutamente desamparados”, cerró indignado y falto de esperanza.
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