“Yo soy Alma”: mirar el archivo personal para hacer memoria
Edición Impresa | 21 de Septiembre de 2023 | 05:06

Mujer trans, escritora, actriz y cantante, Alma cuenta en “Yo soy Alma”, que se verá hoy a las 19 en la Comisión Provincial por la Memoria, su historia: nacida en un pequeño pueblo de Córdoba, su archivo personal de fotografías y VHS le sirven para relatar y pensar su vida, su paso por las fuerzas policiales, su matrimonio, sus cuatro hijos.
“Esta historia traspasa lo íntimo y lo privado para ir hacia lo público e intentar reflexionar sobre cómo construimos nuestros vínculos, los mandatos sociales, las instituciones, la familia, y cómo nos acercamos a nuestro propio deseo a pesar de estos obstáculos”, dice la directora, Mariana Manuela Bellone, que además de cineasta (ya había estrenado “Un tigre arriba de la mesa”, dirigida con Juan manuel Varela y donde también trabajó con archivo documental) es fotógrafa. De hecho, así empezó “Yo soy Alma”, “cuando conocí a Alma, hace algunos años, a partir de una convocatoria que hice para realizar unos retratos”, cuenta, en diálogo con EL DIA.
“Alma me mandó un mail, largo, muy íntimo, y me contó que estaba hacía poco en Buenos Aires. Nos encontramos, nos conocimos, empecé a acompañarla en su cotidianidad, pero con la idea original de realizar un ensayo documental fotográfico, no audiovisual”, relata.
Ese ensayo fotográfico vio la luz y recorrió muestras, pero “con el tiempo empecé a pensar que el tema no estaba cerrado. Una tarde, nos encontramos con Alma y grabé una conversación que tuvimos en su casa, donde me mostraba su álbum familiar, y me contaba anécdotas respecto a las imágenes. Ese archivo quedó guardado: cuando lo volví a escuchar apareció la idea de realizar algo audiovisual”, cuenta Bellone. Esa combinación del recorrido por las fotos personales con el relato de Alma detrás se convertiría en “los cimientos de la película”.
- Mucho cine independiente se está haciendo a partir de los archivos íntimos, personales. ¿Qué ofrece el archivo personal para contar historias?
- Empecé a trabajar con archivo de casualidad. Y después, empecé a ahondar en mi archivo personal, trabajando en la intervención del archivo, porque el archivo, a través del tiempo, nos da la posibilidad de leer las imágenes de otra manera. En el taller que coordino ("Contar nuestra historia", un espacio para el desarrollo de proyectos documentales dirigido a mujeres y disidencias) trabajamos mucho a partir del archivo, para contar la propia historia a través de esas imágenes que quizás fueron creadas con otras intenciones: los álbumes familiares incluyen momentos casi siempre felices, de festejo, destinados a mostrar a alguien más. Con el tiempo, cómo esos archivos se leen me resulta interesante. Y dejar hablar al archivo, también. Ahora estamos en un momento especial, nuestros recuerdos están todos en el celular, quizás hacemos un backup y recorremos lo que hicimos en el año como quien recorre un álbum de fotos… pero a la vez, perdemos el dispositivo y perdemos la memoria. ¿Cómo se va a leer el pasado en el futuro, qué historias vamos a contar?
- Decías que hay que ver cómo le habla el archivo a ese presente. ¿Qué le dice el archivo de Alma a este presente en el que le toca estrenarse a la película?
- Un montón de cosas. La película formó parte del Festival de Cine Etnográfico de Ecuador, y el texto curatorial que compartieron me gustó: hablaba de los archivos como la memoria del futuro, y no como el pasado, sino como una manera de construir una memoria para el futuro, para quienes atraviesan situaciones parecidas. En el caso de Alma, es valioso que una mujer trans de más de 50 años, cuando el promedio de vida de las personas trans no pasa de los 35, pueda compartir su historia, y también contarla desde otro lugar. Alma me dijo que cuando vio la película, su vida ya no le parecía tan fea, veía un camino de logros: creo que es interesante ese poder volver a verse desde otro lugar, que esos archivos se conviertan en otra cosa, que Alma los cuente y los lea de otra manera.
- La película se estrena en una Argentina que dice muchas cosas de la memoria, en un contexto complejo sobre ese pensar el pasado desde el presente. ¿Cómo alimenta ese contexto al estreno?
- Es movilizador. Y creo que es necesario y urgente compartir estas experiencias cinematográficas colectivas, que la película genere cosas, que nos haga reflexionar sobre todo lo que ocurre, tirar para otro lado, no bajar los brazos. Ir a estos espacios como la Comisión por la Memoria, donde además de ver la película, nos vamos a quedar charlando, reflexionando, pensando.
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