Dolor en La Plata por la muerte de Julio César Armisen, un referente del rugby

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El mundo del rugby local, en particular el relacionado con La Plata Rugby Club, lamentó profundamente el fallecimiento, a los 91 años, de Julio César “Bochi” Armisen. Apasionado por esa disciplina, fue un jugador que sobresalió en la primera división y demostró luego, al entrenar a las divisiones inferiores, su incondicional compromiso con la entidad, con la que colaboró casi toda su vida más allá de su participación en la práctica deportiva.

También fue un destacado gestor, testigo de la transición epocal que llevó la mera práctica al profesionalismo en la actividad, tanto que fue uno de los impulsores de la creación del Colegio que nuclea al sector en la Provincia, el cual, asimismo, presidió durante unos años.

Había nacido el 11 de marzo de 1933 en esta ciudad. Hijo del gestor y martillero público Julio Armisen y de Lidia Scarpinelli era varios años mayor que su hermano Alberto, abogado. Se educó en la Escuela Anexa y el Colegio Nacional, y no bien se recibió de bachiller ingresó a la gestoría que había fundado su padre en el piso de abajo donde vivía la familia, puntualmente en 48 entre 12 y 13, hoy sede del Colegio de Gestores.

Su vínculo con La Plata Rugby fue intenso y prolongado, ya que a partir de su acercamiento al club gran parte de su vida giró en torno al quehacer de la entidad: no sólo fue socio, jugador e hincha “Canario” sino también sus hijos, nietos y sobrinos integraron e integran equipos del club. Tan activa fue su participación en ese ámbito que promovió, con éxito, la gestión para la adquisición del terreno de la sede de Gonnet.

Tras su muerte, en las redes sociales se lo recordó como una figurada querida y respetada que llegó por primera vez al club siendo muy chico, en 1944, cuando todavía las actividades se desarrollaban en el Bosque. “Su debut en primera fue a los 17 años en el puesto de apertura -escribió un socio que conoció su entrega y lo definió como “piedra basal” de la entidad-. Fue miembro de la comisión directiva y se lo galardonó con el CAP, la distinción que otorga a la trayectoria la institución”.

Estaba casado con María Susana Dillon, con quien formó una familia de tres hijos (Julio, Luis y María). Fue abuelo de Ramiro, Gonzalo, Franco, Malena, Martina, Luciano y Francisco.

 

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