La brecha de género en la atención cardiovascular
Edición Impresa | 27 de Octubre de 2024 | 07:31

Las enfermedades cardiovasculares, como los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares, son la principal causa de muerte a nivel mundial, pero su impacto es diferente entre hombres y mujeres. Investigaciones recientes han revelado que las mujeres tienen más probabilidades de morir tras un primer ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular que los hombres, lo que pone en evidencia una brecha significativa en la forma en que se diagnostican y tratan estas afecciones en función del género.
Esta disparidad comienza en la biología: los hombres y las mujeres presentan diferencias genéticas y fisiológicas que influyen en cómo se desarrollan las enfermedades cardiovasculares, según un artículo publicado por The Washington Post. Las mujeres, por ejemplo, pueden experimentar síntomas de un ataque cardíaco que difieren de los síntomas típicos, como el dolor en el pecho. En su lugar, pueden manifestar fatiga extrema, náuseas, dolor en la mandíbula o mareos, lo que a menudo dificulta el diagnóstico precoz.
Además, factores hormonales y la genética desempeñan un papel crucial en la salud cardíaca de las mujeres. Antes de la menopausia, las mujeres tienen un riesgo cardiovascular más bajo que los hombres. Sin embargo, tras la menopausia, su riesgo aumenta de manera considerable. Para las mujeres con diabetes tipo 2, el riesgo de sufrir un ataque cardíaco es comparable al de los hombres, incluso antes de llegar a la menopausia.
Históricamente las mujeres han sido excluidas de muchos estudios clínicos sobre enfermedades cardiovasculares, lo que ha llevado a que las pautas médicas actuales se basen mayoritariamente en datos obtenidos de hombres. Esto ha provocado un enfoque de tratamiento que no tiene en cuenta las particularidades del cuerpo femenino. Un ejemplo de esto son las recomendaciones para tratar la hipertensión, que en gran medida no reflejan las diferencias en cómo las mujeres desarrollan y experimentan la enfermedad cardiovascular.
El género también influye en la forma en que los profesionales de la salud reconocen y tratan las enfermedades cardíacas. Estudios han demostrado que los médicos tienden a subestimar el riesgo cardiovascular en mujeres y son menos propensos a realizar pruebas diagnósticas agresivas cuando las pacientes presentan síntomas.
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