Un silencio que habla, el déjà vu peronista y la ley que obliga a repensar el escenario

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José Picón

La novedad retrotrajo el tiempo hasta mediados de 2019. Por entonces, una publicación en las redes sociales sorprendía a medio planeta cuando Cristina Kirchner anunciaba que el candidato a presidente del peronismo sería Alberto Fernández. Cerca de Axel Kicillof emparentaban aquella novedad que provocó un tsunami en el tablero político, con el operativo clamor que La Cámpora y sectores del kirchnerismo duro pusieron en marcha para que la ex presidenta asuma en el PJ nacional.

Kicillof ni su círculo más próximo tuvieron anticipo alguno de este último movimiento. Se enteró como cualquier hijo de vecino a miles de kilómetros de distancia mientras asistía a la asunción de la nueva presidenta de México. Acaso esta situación sea la demostración más cabal del clima de tensión política que existe entre el Gobernador y el kirchnerismo más concentrado representado por La Cámpora, Máximo Kirchner y la propia Cristina.

En la Gobernación decidieron guardar silencio frente a estos movimientos que apuntan, más allá de la reorganización del peronismo, a que la ex presidenta retome fuertemente la centralidad política. Acaso visualicen en la posible asunción de Cristina Kirchner en el PJ -un cargo que en rigor nunca le interesó en los años en que ocupó la Casa Rosada-, otra señal dirigida a condicionar la proyección nacional que interna Kicillof.

“¿Cuál es el plan, para qué asumiría Cristina?”, se preguntan en despachos cercanos al mandatario bonaerense. La necesidad de desentrañar esos interrogantes explica el silencio inicial frente a la novedad.

Hay otro déjà vu que asoma en el universo peronista. En los años ´80 hubo una disputa de peso pesados entre Carlos Menem y Antonio Cafiero que terminó con la victoria de quien luego fuera presidente de la Nación por 10 años. Uno era riojano; el otro, bonaerense. Esa pulseada interprovincial podría reeditarse si el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, termina finalmente compitiendo con Cristina Kirchner por la conducción del PJ. No sin cierta malicia, algunos funcionarios bonaerenses describen esa posibilidad como “una foto que atrasaría varios años”.

Con todo, en encumbrados despachos oficiales reina la cautela. Quintela venía siendo respaldado por Kicillof cuando la alternativa que encabezaría Cristina Kirchner no estaba en el bolillero. Ahora los tiempos cambiaron: el riojano estará durante la semana en Avellaneda, invitado por el intendente Jorge Ferraresi, cercano al Gobernador, pero ni el mandatario bonaerense ni su círculo más estrecho tienen previsto asistir.

El kirchnerismo, mientras tanto, aprieta el acelerador. Máximo Kirchner volvió a encabezar una actividad en Monte Hermoso luego del acto en el club Atenas donde disparó munición gruesa sobre Kicillof. Fue un eslabón más del operativo clamor: previsible, surgió un pronunciamiento en respaldo al plan Cristina presidenta del PJ nacional.

Esa disputa en el peronismo se registra en sintonía con una novedad que cambia drásticamente las reglas de juego electorales: la ley de Boleta Única sanciona en el Congreso cuyo efecto inmediato en la Provincia será el virtual desdoblamiento electoral.

Ocurre que los candidatos nacionales estarán inscriptos todos juntos en la Boleta Única mientras que los provinciales estarán anotados en la tradicional sábana. Ambas categorías, entonces, estarán separadas.

Hay sectores del peronismo que salieron a festejar. Como se anula el efecto arrastre de los candidatos nacionales sobre los bonaerenses porque las boletas dejarán de estar pegadas, muchos intendentes del PJ interpretan que se les abre una oportunidad de oro. Creen que tendrán mayor poder de fuego para resistir las presiones del kirchnerismo para que les abran espacios en las listas de concejales. “Ya no nos podrán amenazar con que no nos van a dar la boleta nacional”, evalúan.

Kicillof también está obligado a tomar una decisión. Inició una serie de consultas con distintos sectores internos del peronismo para determinar si conviene mantener ambas elecciones en simultáneo, como viene ocurriendo, o si la aparición de la Boleta Única abre el escenario para adelantar los comicios en la Provincia y despegarlos de los nacionales. No hay opiniones coincidentes. En la Gobernación pretenderían tener una definición para antes de fin de año.

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