La distancia entre lo que se estudia en la UNLP y lo que pide el mercado laboral

Las carreras humanísticas tienen más alumnos que Ingeniería e Informática, con gran demanda en el mundo del trabajo

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La cantidad de alumnos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) aparentemente no se corresponde a las demandas laborales de nuestro país. Es notorio que predomina la tendencia a evitar aquellas en las cuales la ciencia matemática es fundamental. Ello puede deberse a los problemas de la enseñanza primaria y secundaria, pero la casa de altos estudios no ha logrado resultados para atraer aspirantes en esas carreras para las que hay una demanda en crecimiento año tras año en el mundo y en la Argentina.

Todo lo contrario ocurre con las llamadas humanísticas como Artes (11 por ciento) Psicología (9 por ciento) Humanidades (6 por ciento), Trabajo Social (1 por ciento) y Periodismo (9 por ciento). En total significan el 38 por ciento de los estudiantes, de acuerdo al último análisis sociodemográfico difundido por el Laboratorio de Desarrollo Sectorial y Territorial de la facultad de Ciencias Económicas, con base en datos del año 2023 del Centro Superior para el Procesamiento de la Información (Cespi) de la UNLP.

Esto quiere decir que, en las humanísticas, en las que la demanda laboral suele ser menor, se concentra la mayor cantidad de alumnos.

Debe tenerse en cuenta, por otro lado, que en la Facultad de Ingeniería se pueden cursar numerosas carreras para las que generalmente existen puestos de trabajo. En esa unidad académica las especialidades que se estudian son Ingeniería Aeroespacial, en Agrimensura, Civil, Electrónica, en Computación, Electromecánica, Hidráulica, en Materiales, Mecánica, en Telecomunicaciones, en Energía Eléctrica, Industrial, Química. Todas esas especialidades normalmente tienen demanda laboral y son fundamentales para cualquier proceso del desarrollo del país. Sin embargo esas carreras sólo despiertan el interés del 6 por ciento. Otro tanto ocurre con Informática (4 por ciento) y con Computación, que se dicta entre Ingeniería e Informática (1 por ciento), donde la facultad hasta debe hacer un esfuerzo para que terminen la carrera porque antes de finalizarla los alumnos suelen recibir atractivas propuestas laborales de las empresas más prestigiosas del país. Pese a ello, sólo reúnen al 5 por ciento de los alumnos.

Como en todo el mundo y a nivel país, también en La Plata Medicina es un polo de atención, reuniendo el 19 por ciento de alumnos, el mayor porcentaje de toda la Universidad. Como se ha repetido en reiteradas oportunidades, el 23 por ciento corresponde a extranjeros, mayormente ecuatorianos que sobrepueblan las aulas de materias de primer y segundo año porque después retornan a la facultad de su país de origen sin la obligación de rendir examen de ingreso.

Ciencias Naturales, en la que se puede estudiar Licenciatura en Antropología, Licenciatura en Biología (con orientaciones en Botánica, Paleontología y Zoología), Licenciatura en Geología, Licenciatura en Geoquímica, tiene solamente el 2 por ciento del alumnado a pesar de que algunas de esas actividades se emparentan directamente con la industria petrolera.

 

La carrera que dictan Informática e Ingeniería atrae solo al 1 por ciento de los estudiantes

 

Las facultades de Ciencias Agrarias y Forestales y Veterinaria reúnen sólo el 4 por ciento y están referidas nada menos que a la producción de alimentos que a la Argentina le representa un porcentaje fundamental de las exportaciones, a pesar de la carga impositiva que sufren los productores. La incorporación de tecnología en este sector económico ha sido fundamental y todavía hay mucho por hacer.

En Ciencias Exactas, en tanto, se puede estudiar Contador Público, Ciencia de Datos en Organizaciones, Tecnicatura en Cooperativas, Licenciatura en Administración, en Economía y en Turismo. Pero tampoco puede ubicarse entre las más elegidas, ya que se repite la situación de la “alergia” a las matemáticas de los alumnos.

POR EDADES

Del informe difundido por la UNLP se desprende también que dos de cada diez estudiantes tienen más de 30 años, siendo las facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales; Trabajo Social y Agrarias y Forestales las que reúnen los alumnos de mayor edad. En cambio, la menor edad promedio se registra entre quienes cursan Informática e Ingeniería, unidades académicas que, como se dijo, no están entre las más populosas de la Universidad y donde, por tanto, el contacto entre docente y alumno se desarrolla con mayor fluidez que en los cursos masivos. Además, hay que tener en cuenta que los jóvenes que estudian las denominadas carreras “duras” ingresan con el claro objetivo de recibirse lo más pronto posible para insertarse rápidamente en el mercado laboral (algunos incluso lo hacen desde antes de graduarse, tal es el caso de Informática, apetecida usina de importantes empresas del rubro tecnológico).

De acuerdo al citado documento, la edad promedio de los estudiantes es de 25,4 años, levemente inferior que en 2022. El 52% tiene hasta 23 años y un 29% de 24 a 29. En tanto que otro 13% tiene de 30 a 39 años y el 6% restante 40 años o más.

El ranking con los alumnos de mayor edad, se dijo, lo encabeza la facultad de Derecho, que promedia los casi 29 años y donde el 36% tiene más de 30. Le siguen Trabajo Social (también con un promedio de casi 29 años y el 36% con más de 30) y Agrarias, con una edad media de 27,4 años y 30% con más de 30.

En el otro extremo, en Informática e Ingeniería la edad promedio va de los 22 a los poco más de 24 años y los más de 30 solo llegan al 10% en Ingeniería y al 16% en Informática, pero solo concentran el 5% en Ingeniería en Computación, la carrera que se dicta entre ambas facultades y que está entre las menos elegidas de la Universidad: la cursa solo el 1% de los 113.017 estudiantes de la UNLP relevados el año pasado. Aún cuando tuvo un significativo crecimiento del 28,2% entre 2019 y 2023. Nada comparado con Medicina, que en el mismo período aumentó su población estudiantil en casi un 75 por ciento, un dato que en gran medida se explica por el aluvión de extranjeros: el 63 por ciento tiene a la facultad de 120 y 60 como su preferida y la mayoría de ellos son ecuatorianos que llegan a La Plata atraídos no solo por la gratuidad de la enseñanza sino, sobre todo, por la facilidad del ingreso irrestricto que rige por ley desde fines de 2015.

Esa situación hizo que en el caso puntual de Medicina se pasara de un promedio de 300 ingresantes por año a unos 8 mil en el actual ciclo académico, con un alto porcentaje de alumnos de países limítrofes como Ecuador, que en muchos casos cursan los primeros dos años acá para regresar al tercero a su lugar de origen, habiendo sorteado ya el examen de ingreso que hubieran tenido que rendir en su nación natal pero que, como se ha dicho, aquí no se les exige. La anulación del curso eliminatorio en Medicina ha agregado también una dificultad adicional en el ciclo clínico de la carrera, cuando llega la etapa crucial de la Práctica Final Obligatorio en la que los alumnos deben tratar con pacientes, una instancia que se resiente con la masividad y que, advierten médicos y profesores, resulta imposible de reemplazar. Ni siquiera con las técnicas de biosimulación que permite la tecnología actual.

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