Una pareja de biólogos, por los mares para educar
Edición Impresa | 10 de Noviembre de 2024 | 06:00

Son biólogos recibidos de la Universidad Nacional de La Plata y hace dos años navegan por el mundo en un pequeño velero con un claro objetivo: ayudar a concientizar sobre la importancia de conservar la naturaleza. Así, María Belén Pérez y Nicolás Lischetti, ya cruzaron el Mar Caribe y el Océano Pacífico, dónde además de mostrar cómo llevar el día a día en un barco, comparten su conocimiento mostrando la experiencia que logran extraer de lo que observan en sus extensas travesías de buceo.
“Si desde las redes sociales podemos mostrar empatía por la naturaleza, para nosotros sería una misión cumplida”, aseguraron Belu y Nicolás, al contar a este diario su proyecto de dar la vuelta al mundo y hacer su aporte para ampliar la información que se difunde sobre la naturaleza, muy acotada a su entender.
Con este objetivo, “Belu” explicó que “al estar en contacto con el mar, la idea es sumergirnos y mostrar la vida marina con más detalle. Lo ideal es que al hacer esnórquel, al pasar por al lado de un coral, además de apreciar sus increíbles colores, se entienda qué es, porque muchos piensan que es una planta. Entonces, hay mucho para mostrar de forma didáctica, con imágenes y dando una explicación. Esto nos entusiasmó”.
Por eso, en los dos años que llevan de viaje ya lograron recopilar bastante material que comparten en su cuenta de Instagram @navegacionynaturaleza, pero con la idea de empezar a difundirlo a través de una de las principales plataformas de video.
“Por nuestra profesión, el objetivo es dar la vuelta al mundo para mostrar la biología de distintos lugares, las culturas y los ambientes, cómo van variando a lo largo del mundo, porque muchas veces lo que se ve es acotado. Siempre se muestran documentales de África, un león siguiendo a la manada de cebras y es una información muy cíclica”, consideró Nicolás.
A modo de mensaje, la pareja de biólogos asegura que tal como reza un dicho sobre la importancia de conservar la naturaleza “no se puede cuidar lo que no se conocer”.
Por eso, Belu resaltó que “la idea es mejorar la toma de conciencia y la relación con el ambiente, para eso tenemos que entenderlo y conocerlo, para saber el impacto que nuestras acciones pueden tener”.
Una experiencia de vida
Belén tiene 30 años, es oriunda de 25 de Mayo, pero se mudó a La Plata para estudiar la carrera de bióloga en la UNLP, donde conoció a Nicolás, que es Quilmes y tiene 31 años. “Es nuestro segundo hogar La Plata”, resaltaron a coro.
Fue durante los 10 años de estudio, que el sueño de dar la vuelta al mundo comenzó a tomar forma.
“La carrera nos empujó a una vida en contacto con la naturaleza y por eso antes de terminar ya teníamos en claro que queríamos recibirnos y viajar”, contó “Belu”.
Si bien el proyecto inició con la idea de hacer la travesía por tierra, en el 2020 conocieron el mundo de la náutica y los planes se modificaron de forma radical.
“Ahí cambió todo, porque surgió la posibilidad de pensar el viaje en barco, impulsados por el viento, menos gasto de combustible y más contacto con la naturaleza. Esto viró un poco la idea y salimos a buscar un barco, que compramos en Venezuela a uno de nuestros profesores del Club Náutico de Berisso, que decidió venderlo por cambio de planes”, explicó la mujer.
La travesía comenzó el 26 de diciembre de 2022, cuando se despidieron de la familia y amigos y emprendieron viaje hacia Venezuela a buscar el barco.
Después de seis meses, tras sortear algunos obstáculos burocráticos lograron el permiso para sacar el velero del país, al que bautizaron “Franca Austral”.
“Es un nombre que nos identifica porque somos biólogos y la ballena franca austral migra al sur de la Argentina y hace de cada lugar al que va su casa. Nosotros tratamos de hacer lo mismo”, contó Belén.
En julio partieron rumbo a Curazao, donde estuvieron cinco meses trabajando para recuperarse económicamente.
Es aquí donde surgió la idea del cruce del Océano Pacífico, por invitación de una familia argentina, que también recorre el mundo.
Ya pasaron por la experiencia de una tormenta tropical: “Lejos de apabullarnos, nos dio más fuerza”, aseguró Belén.
En septiembre regresaron de la Polinesia Francesa a Panamá. Allí trabajan en un catamarán hasta abril, el fin de la temporada alta. “Después no sabemos. Nuestro plan es que no haya plan”, dijo “Belu”.
“La carrera nos empujó a una vida en contacto con la naturaleza”, contó la pareja de biólogos
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