Alerta mundial por un brusco incremento de casos de diabetes
Edición Impresa | 13 de Noviembre de 2024 | 03:24

El alerta médico emitido desde el Congreso Argentino de Diabetes por un alarmante crecimiento en el mundo de casos de diabetes tipo 2 entre niños y adolescentes, formulado por especialistas durante el encuentro que se desarrolló en Mendoza días atrás, debiera constituir un serio llamado a la atención a las autoridades de Salud y a la población sobre la necesidad de realizar los controles preventivos y poder tratar a tiempo ese mal.
Tal como se reflejó en este diario, como consecuencia de los efectos del sedentarismo y la mala alimentación, los casos de diabetes aumentaron un 56 por ciento en el mundo en la última década, según indicó en un estudio la publicación The British Medical Journal, que promovió el análisis por parte de los especialistas reunidos en Mendoza.
La diabetes, que “anteriormente era más común en adultos se está manifestando en jóvenes debido a un estilo de vida sedentario y una dieta rica en alimentos procesados y altos en grasas y carbohidratos”, señaló por su parte un conocido especialista, autor de un libro cuyo texto alude al creciente número de casos de esta enfermedad en niños y adolescentes, el impacto en su calidad de vida y cuáles son las medidas preventivas que se pueden adoptar.
Se detalla allí mismo que la aparición temprana de este tipo de diabetes “no sólo conlleva los riesgos propios de la enfermedad en el corto plazo, como un mayor nivel de cansancio o incluso visión borrosa, sino que también aumenta significativamente la probabilidad de desarrollar complicaciones graves en la adultez. Entre las más comunes se encuentran problemas cardiovasculares, renales y hepáticos”.
En años anteriores se estimó que en la provincia de Buenos Aires la diabetes afectaba al 6 por ciento de la población. Se conoce que en nuestro país hay más de 1.600.000 diabéticos, aunque de esa cantidad la mitad ignora que padece la enfermedad.
Y el mayor problema consiste en que una persona con diabetes y que no realiza tratamiento termina comprometiendo la vista, el corazón, los riñones y el sistema nervioso. De allí la importancia de poner en marcha programas de concientización, que sirvan para modificar las pautas culturales de los argentinos en lo que se refiere a la alimentación y las actividades físicas.
Desde esta columna se ha enfatizado en que el Estado tiene dos obligaciones centrales, derivadas de dos grandes segmentos de la población que presentan características sumamente diferenciadas. En primer lugar, las administraciones públicas deberán revisar a fondo y aplicar los cambios necesarios en sus programas alimentarios destinados a los sectores carenciados de la sociedad.
Pero además el Estado tiene una función indelegable en la generación de conciencia en los restantes segmentos de la sociedad sobre los peligros de la obesidad, sobre su relación con los hábitos alimentarios y el sedentarismo y cómo revertir la situación para eliminar los riesgos consecuentes.
Está claro que esa tarea de prevención debe ser desarrollada por organismos de los gobiernos nacional, provinciales y municipales, responsables cada uno de ellos de que la sociedad cuente además con una estructura hospitalaria accesible y preparada para enfrentar este mal.
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