El poder transformador del pensamiento positivo
Edición Impresa | 22 de Diciembre de 2024 | 07:07

En un mundo donde las demandas diarias y los problemas parecen multiplicarse a un ritmo vertiginoso, encontrar un refugio en la mente puede parecer un acto de ciencia ficción. Sin embargo, según el doctor en Psicología y docente Flavio Calvo, el pensamiento positivo no solo es una herramienta poderosa, sino una capacidad intrínseca que todos podemos desarrollar para mejorar nuestra calidad de vida. En una charla reveladora, Calvo compartió cómo las perspectivas optimistas tienen el potencial de modificar no solo nuestro estado de ánimo, sino también nuestra salud y nuestras relaciones.
“Pensar en positivo tiene muchos beneficios, reduce los diálogos internos catastróficos, lo que disminuye la ansiedad y el estrés”, explicó Calvo, haciendo énfasis en cómo el pensamiento optimista puede convertirse en un escudo ante las adversidades. Para ilustrar esta idea, citó al reconocido psicólogo Viktor Frankl, quien durante su cautiverio en los campos de concentración nazis se aferró a una única libertad inquebrantable: su capacidad de decidir qué pensar. “Pueden quitarme todas las libertades, menos la que hay dentro de mi cabeza”, recordó Calvo, para subrayar que, incluso en las circunstancias más extremas, el poder de la mente puede ser una tabla de salvación.
Pero ¿cómo opera este poder en nuestras vidas cotidianas? Para Calvo, la clave está en la interpretación que hacemos de nuestra realidad. “Como seres humanos vamos hacia lo que pensamos. Al pensar en positivo, creamos una realidad diferente, no porque el mundo externo cambie, sino porque nuestra interpretación del mismo mejora”, afirmó. Este cambio interno, según el especialista, determina cómo afrontamos los desafíos: mientras unos se frustran, otros encuentran esperanza. La diferencia no está en las circunstancias, sino en la manera de procesarlas.
En este sentido, el pensamiento positivo también tiene un impacto significativo en la salud física. Durante años, las ciencias médicas han debatido sobre la relación entre cuerpo y mente, con teorías que iban desde las enfermedades psicosomáticas hasta las influencias de lo tangible sobre lo emocional. Calvo sostiene que “quien tiene una mente sana tiene un cuerpo sano”. De hecho, en psicología deportiva, se emplean ejercicios de imaginería y visualización para acelerar procesos de recuperación tras lesiones, una práctica que demuestra cómo el pensamiento positivo puede convertirse en un aliado en la sanación física.
La pregunta que surge entonces es: ¿cómo cultivar este pensamiento positivo? Calvo propone comenzar por observar los diálogos internos. “Siempre hablamos con nosotros mismos, y si en ese diálogo sustituimos las condenas por aceptación, el tipo de pensamiento que desarrollemos cambiará drásticamente”. En otras palabras, el pensamiento positivo no implica negar la realidad, sino afrontarla desde una postura de autocompasión y amor propio. “Pensar en positivo es aceptar nuestras limitaciones, pero también brindarnos amor incondicional para superarlas”, enfatizó.
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