Testimonios de un amanecer agitado y una descripción bastante cruda de la realidad

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“Escuché los gritos y el disparo. Eran como las seis de la mañana. Me asusté un poco, me pregunté que habrá pasado y, al salir un rato más tarde, me enteré de que habían baleado a un hombre”, reflejó una vecina de la zona de 18 y 37.

“Sonó la alarma que instalamos en el barrio, porque últimamente se puso bastante inseguro”, agregó.

En tanto, un hombre del lugar contó que se sorprendió con lo sucedido, ya que él también sale temprano de su vivienda para trabajar.

Igual se mostró escéptico del valor de los equipos de alerta sonoros, porque “cuando escuchan que se activa la chicharra, la gente no sale. Se queda dentro de sus casas”.

Por su parte, una mujer que se domicilia en cercanías del cruce de las calles 12 y 36, expresó: “Es una zona liberada, porque son reiterados los asaltos. Pero esta vez terminó con un vecino baleado en la pierna. Le efectuaron un disparo en el muslo, perdió mucha sangre. La ambulancia del SAME tardó más de veinte minutos y el hombre terminó desvanecido. Una locura. Espero que hagan algo con la inseguridad”.

 

 

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