Argentina, otra vez fuera del radar de los inversores
Edición Impresa | 16 de Marzo de 2024 | 00:51

Luis Varela
La descripción de lo que estuvo ocurriendo en los últimos noventa días fue realizada a la perfección por un operador: “Con la ley Ómnibus y el DNU lanzados en diciembre, el riesgo país había bajado de 3.000 a 1.580 puntos, eso nos puso en la mira de todos, en realidad en un ‘wait and see’ (esperar y ver) por nuestro prontuario, pero ahora que la ley Ómnibus se cayó y que el DNU tiene chances del mismo recorrido, nos vuelven a calificar como ‘incorregibles’ y de ‘wait and see’, ahora miran para otra parte”.
Mientras en el Senado se daban explicaciones de rechazo ideológico en los opositores más extremos y resistencia de forma en la oposición más moderada, el mercado financiero tuvo otro día con las luces apagadas: los dólares libres estuvieron tranquilos, casi no hubo suba de reservas (por apertura a importadores) y se repitió otra rueda de debilidad en las acciones argentinas, tanto a nivel local como en Nueva York, y los bonos volvieron a bajar, por lo que el riesgo volvió a trepar hasta casi 1.650 puntos.
Esta situación se concretó un día después de que la calificadora Standard & Poor’s le bajara la nota a los bonos en pesos de la Argentina, hasta default selectivo, por el canje de deuda realizado por el ministro Caputo el martes, aunque esa agencia que mide riesgo no modificó la nota de los compromisos en dólares.
Sin embargo, luego apareció un informe de otra calificadora de riesgo, Moodys Investors Service, desde donde se emitió un informe advirtiendo que durante 2024 los gobiernos provinciales argentinos enfrentarán mayores riesgos de refinanciación, especialmente aquellos con deuda en moneda extranjera, junto con presiones adicionales de liquidez debido a la caída prevista en la recaudación y las transferencias no automáticas del Gobierno Nacional.
Y Moody’s fue más allá: describió que la provincia de Buenos Aires (gobernada por Axel Kicillof, de UxP, principal partido opositor) tiene una posición preeminente en dentro de la economía total argentina, ya que es la provincia más grande y diversificada del país, sin embargo posee “débiles resultados fiscales, altos niveles de deuda y exposición a pasivos en moneda extranjera que contrarrestan sus fortalezas”.
El complicado marco externo
Este momento decisivo que enfrenta de manera muy temprana el gobierno de Milei llega con desafíos también considerables a nivel internacional. En medio de su elección presidencial, Putin envió unos 17.000 soldados hacia la frontera con Finlandia (recién incorporado en la Otan) y le advirtió a Occidente que Rusia está preparada para un enfrentamiento nuclear. Esa advertencia volvió a empujar el precio del petróleo, que ya sube $10 por barril este año, complicándole la vida a todo el mundo.
La violenta suba del crudo está impulsando nuevamente la inflación global. EE.UU. ya mostró indicadores en ese sentido. Y durante el miércoles y el jueves siguieron subiendo las tasas largas norteamericanas: tanto que se pagó 5,1% anual a 1 año de plazo, 4,3% a 5 años, 4,3% a 10 años y 4,4% a 30 años. Y con eso en el exterior el dólar subió 0,6% contra el euro, 0,3% en Brasil, Japón y contra la libra, 0,2% en México y 0,1% en Brasil, pero bajó 0,3% en Chile.
Por supuesto esta tendencia moviliza todo el tablero de los analistas. Después de que la divulgación de datos de inflación norteamericana más altos que los esperados, ahora los analistas están concentrados en tratar de adivinar qué pasará con las tasas de la Reserva Federal, al tiempo que varias empresas vinculadas a la inteligencia artificial, como Nvidia, se encuentran bajo presión vendedora, luego de subas estrepitosas.
Chris Larkin, director de Morgan Stanley, describió con claridad que “ahora las preguntas que nos hacemos son no solo saber cuándo bajará la tasa la Fed, sino tratar de entender si podemos encontrarnos con una suba”, algo en lo que coincidió Thierry Wizman, estratega de la agencia Macquarie. Ahora en EE.UU. se conocerá la evolución del índice de los precios del productor (PPI).
La inflación
Mientras esos niveles de duda se cabildean en EE.UU., con una inflación apenas superior al 3% anual, en Argentina estamos jugando un partido muy diferente. La inflación de los últimos doce meses fue del 276,2% y el Gobierno, tal como les adelantó a los grandes empresarios locales, empezó a mover sus fichas para traer productos importados de primera necesidad, supuestamente más baratos, para intentar bajar la inflación con esa muy discutida estrategia.
Mientras Caputo buscó colocar una buena dosis de bonos para la importación, la serie 3 del Bopreal (en una licitación en la que se presentaron 170 empresas y solo hubo adjudicaciones por apenas US$ 100 millones), en la cuenta diaria, con un dólar exportador de $928, el Banco Central logró comprar US$ 132 millones en el mercado. Pero como directo resultado del apoyo a la apertura para importadores, al final del día el BCRA sumó reservas por apenas US$ 4 millones, nada.
Advertencias de las calificadoras
Tras la baja nota de S&P y con la advertencia de Moody’s, dos agencias de alguna manera están advirtiendo que Argentina se está dirigiendo nuevamente hacia una nueva reestructuración de deuda debido a que los sectores con privilegios (política, empresas y gremios) se resisten a ceder en sus posiciones. De ahí que, con alto volumen operado, los bonos argentinos acusaron una baja del 1,7% y el riesgo país subió 52 unidades, hasta 1.648 puntos básicos, o sea alejando al país nuevamente de posiciones en las que podría acceder al crédito internacional voluntario. Y eso que Caputo señaló que “el FMI está dispuesto a prestar más plata”, con el ex ministro Martín Guzmán advirtiendo que eso sería malísimo porque terminaría pasando lo mismo que sucedió con Macri.
La violenta suba del crudo está impulsando nuevamente la inflación global
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