Altamirano tuvo un episodio de convulsión: cómo actuar ante un caso así

El encuentro entre Estudiantes y Boca se interrumpió a raíz del dramático episodio de convulsión que sufrió el futbolista chileno Javier Altamirano a los 27 minutos de la primera etapa. Rápidamente fue asistido por los médicos y una ambulancia lo trasladó hacia el Instituto Médico Platense para recibir una mejor atención. 

Se vivieron minutos de tensión hasta el arribo y la realización de los estudios en el centro médico, donde arrojaron que las tomografías otorgaron resultados normales y no se encontraron anomalías. Los episodios de convulsión se pueden originar por diferentes motivos y coexistir con otras enfermedades sin tener relación alguna.

Este tipo de crisis se producen cuando una persona tiene contracción muscular involuntaria en todo el cuerpo, pierde el conocimiento, pierde el control de esfínteres, tiene una fuerte contractura en la mandíbula o puede salirle espuma por la boca y un poco de sangre.

Cabe destacar que ante estos episodios se recomienda conservar la calma; evitar que se lastime (colocando debajo de la cabeza algo que le sirva de almohada), alejar todo lo que haya alrededor que pueda lastimar a la persona, aflojar la ropa, controlar el tiempo que dure la crisis y mantener segura a la persona hasta que termine la crisis.

Por el contrario, se aconseja inmovilizarle las extremidades, puede provocar fracturas, (sobre todo en los niños); intentar abrirle la boca; ponerle algo en la boca (no existe el riesgo de que se trague la lengua); dejar a la persona sola. Una vez finalizado el episodio, se recomienda colocar a la persona en una posición de seguridad. 

En el caso de atravesar la crisis, las personas pueden necesitar dormir y se sugiere dejarlas descansar, ya que han gastado mucha energía. Los pasos a seguir recomendados por el Ministerio de Salud en casos de convulsiones por fiebre son: bajar la temperatura con un baño tibio, ir enfriando el agua hasta que esté fría del todo, repetir hasta que baje la temperatura del niño/adulto y llamar a emergencias o acercarlo a la guardia de un hospital o centro de salud para que sea evaluado por un médico.