Macri jefe del PRO tras un acuerdo con Bullrich

Finalmente hubo lista única. Cómo se repartieron los cargos. La ministra encabezará un organismo clave en el partido amarillo

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Después de intensas negociaciones, el PRO anoche cerró un acuerdo para renovar sus autoridades, en el que sobresale la entronización de Mauricio Macri como presidente del partido, que él mismo creó hace dos décadas.

Macri debió pulsear con Patricia Bullrich, la titular saliente del PRO, por espacios de poder. La ministra de Seguridad de Javier Milei buscó tener clara representación en los organismos clave, como el Consejo Directivo o la Asamblea Nacional, de la cual queda a cargo. Es el órgano que fija la política de alianzas, entre otras atribuciones.

En la etapa que viene, mientras, el exjefe de Estado aspira a centralizar las negociaciones con el Presidente para una eventual entrada de los amarillos al gobierno y de cara a la elecciones legislativa de 2025.

Son, en definitiva, los dos nombres más fuertes del espacio, que insinúa un nuevo camino político después de la ruptura de Juntos por el Cambio, la alianza que tenían con la UCR y la Coalición Cívica. Es espacio es hoy cosa del pasado.

Según se acordó, la intendenta de Vicente López Soledad Martínez será la vicepresidenta primera; Damián Arabia, el vicepresidente segundo; y el referente santiagueño Facundo Perez Carletti, el vicepresidente tercero. A ellos se les suma la diputada nacional María Eugenia Vidal, el gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres, y el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela como miembros del Consejo Directivo.

Macri nunca presidió la fuerza política y esta será la primera vez en la que el ex mandatario concentrará el poder desde allí.

Tensión antes del cierre

Hubo un pico de tensión generado por el bullrichismo en las últimas 48 horas cuando, disconformes con el avance voraz del “mauricismo”, dirigentes leales a la ministra como Juan Pablo Arenazza, Pablo Walter o Arabia amagaron con dar un portazo y presentar una lista propia para competir contra el ex presidente. El malestar se habría generado porque Macri se habría atribuido cierta capacidad de veto sobre los nombres definitivos.

En estas elecciones del PRO, que terminaron una una lista única, se renovó, además del presidente, dos vicepresidencias y titular de la Asamblea, la secretaría general, 25 consejeros y vocales. Así como Bullrich ofreció cierta resistencia, lo contrario hizo Horacio Rodríguez Larreta, hasta hace nada uno de los nombres fuertes del espacio. Prefirió correrse y no participar. O lo corrieron, dada su enemistad con Macri y con Bullrich, coletazos de la interna presidencial del año pasado en Juntos.

María Eugenia Vidal, otra de las figuras de peso en el PRO, se movió en sintonía con Macri. Aspiraba a la vicepresidencia primera, que finalmente quedó en manos de la sucesora de Jorge Macri en la intendencia de Vicente López.

Macri supervisó las negociaciones y delegó las operaciones en Fernando De Andreis, Humberto Schiavoni y Darío Nieto, gente de su más absoluta confianza.

Bullrich pidió que se respete su realidad actual -una de las funcionarias más fuertes del gobierno de Milei- y su triunfo en las PASO de 2023 de Juntos sobre Larreta. Además, se concibe como una de las gestoras del Pacto de Acasusso, aquel acuerdo después de las elecciones de octubre pasado que acercó al PRO con Milei para afrontar el balotaje contra el peronismo, finalmente ganado.

Los gobernadores del partido (sobre todo el entrerriano Rogelio Frigerio, el porteño Jorge Macri y el chubutense Nacho Torres) pretenden tener peso político real en la nueva etapa amarilla, sobre todo porque son muy importantes en la relación con la Casa Rosada y los debates nacionales que se vienen vía Congreso.

 

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