Jugando así no transmite nada bueno a sus hinchas
Edición Impresa | 7 de Marzo de 2024 | 02:59

Por MARTIN MENDINUETA
Extraviado, alejado de cualquier brote de rebeldía y necesitando en extremo un rumbo diferente que le otorgue más posibilidades de sumar, Gimnasia volvió a perder dejando una imagen que les duele mucho a sus hinchas.
Después de observar el partido de ayer (recordemos que venía de un partido muy malo y de haber escuchado los reproches más severos) vale preguntarse: ¿A qué juega este Lobo vacío de confianza y con la autoestima por el piso?
Es muy difícil responder. Argentinos impresionó bárbaro en el inicio, llegó al gol, decayó en su nivel, marcó el segundo tanto con un leve repunte y volvió a tener un bajón. Gimnasia, en cambio, jugó todo el partido igual y allí está el más irritante de sus defectos.
Alejado de cualquier atisbo de convicción, fue manso y se dejó llevar por el inexorable transcurrir de los minutos.
Sólo Federico Milo, por empuje y atrevimiento, se salva de una crítica feroz. No puede ser que todo lo malo que vivió ante Instituto no lo haya hecho reaccionar. El diagnóstico no admite segundas lecturas, así no va hacia ningún lugar que valga la pena.
PAUPÉRRIMO INICIO, CON DUDAS ATRÁS Y SIN JUEGO EN EL MEDIO
Gimnasia se mostró débil y permeable desde el primer pitazo de Andrés Merlos (esta vez no vale la pena dedicarle ni un párrafo al árbitro porque no incidió en nada).
La formación de Pablo Guede fue clara en su intención: Quería los tres puntos y empezó demostrándolo con un planteo inconfundible.
Nadie se hizo cargo en la cancha de lo que le está pasando al Lobo. Con una dupla de zagueros improvisada por las bajas, un mediocampo que no logró hacerse fuerte en ninguna faceta y desconectado de cualquier sociedad en la ofensiva, lo que se observó fue decepcionante.
El ciclo que tutela Leonardo Madelón, alguien valorado por la comisión directiva, quedó contra las cuerdas tras una noche horrible frente al conjunto de Dabove. Hoy, después de otra actuación a contramano de lo que están esperando sus fieles, tiene la fecha de vencimiento cargada sobre sus hombros. No puede tomarse como algo normal que a Gimnasia le cueste tanto armar un ataque jugando a los pases.
El ciclo tocó fondo.
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