"Hemshej": descubrir el pasado, repensar el presente

Julieta Lande empezó “Hemshej” con una pregunta. O varias. Quería saber cómo había sido la vida de sus abuelos, Joel y Jana, que escaparon de Polonia ante la llegada de los nazis y viajaron a Argentina, donde tuvieron un hijo al que apodaron Hemshej: en idish y hebreo, continuidad. 

Pero, a pesar de ese sugerente nombre, en su casa poco se hablaba del pasado. “De chica tenía algunas preguntas sobre mi historia”, cuenta, en diálogo con EL DIA, sobre la película que se estrenó hace algunas semanas en el Gaumont, y que se verá esta tarde en el Cine Eco Select del Centro Cultural Islas Malvinas (y además puede verse en Cine.Ar). 

Había pocas respuestas, sin embargo. Y en 2012, relata, viajó a Polonia, “un viaje educativo para visitar los campos de concentración y exterminio del nazismo. Al volver de ese viaje sentí que sabía más de la historia, pero muy poco de lo propio, lo familiar. Y en 2014 empecé un taller de escritura: trabajé a partir de fotos de mis abuelos, que veía de chica y que reencontré más grande. Fotos del pueblo, de antes de la guerra: eran fotos atípicas, no eran fotos de estudio, estaban con amigos. Así que empecé a escribir textos narrativos alrededor de esas fotos, y como tenía pocas respuestas en casa, las ficcionaba. Ahí terminó de surgir mi pregunta sobre mi propia historia”.

Todavía, “Hemshej” no era un proyecto audiovisual. Pero “tras escribir unos tres años sobre eso, me di cuenta que lo que tenía podía transformarse en un documental”. Por entonces, cuenta la cineasta, “empecé a ver historias familiares en el cine, películas documentales en torno a la dictadura y a la identidad, de una generación que se mantuvo en silencio, una segunda generación decidía explorar la historia”.

Empezó a trazar los paralelismos. Y sintió que el audiovisual “me habilitaba a mostrar mi búsqueda, no solo contar la historia”. Así es que “Hemshej” se transformó en un documental sobre ese pasado que investiga, pero también sobre los cuestionamientos que la cineasta se va trazando en el camino, sobre su propia identidad, sobre las narrativas en torno a Israel, a Palestina, sobre la historia contada y omitida.

“El documental permite contar que estás yendo a buscar algo, y que la realidad se imponga: si hubiese sido en texto, la historia hubiera tomado otra forma”, explica. Filmando mientras iba descubriendo y reflexionando le permitió, en cambio, viajar a los lugares, entrevistar a la gente, filmarlos, “descubrir en el rodaje”.

- Mencionabas una generación de cineastas argentinos que indagaron sobre el pasado. Hay una pequeña tendencia de documentales en primera persona, en el cine nacional, ¿quiénes te influenciaron?

- Es algo que viene de hace tiempo. Hay películas icónicas, como “Los rubios”, de Albertina Carri, y mientras iba haciendo la película se estrenó “Papirosen”, de Gastón Solnicki, también en primera persona, y también vinculada conmigo en cuanto a la temática. Me encontré también con “El silencio es un cuerpo que cae”, de Agustina Comedi, con quien hice un primer tratamiento de mi guion: ella me influenció bastante. Apareció más tarde “Esquirlas”, de Natalia Garayade. Cuando te metés en algo, querés seguir viendo más y más, para encontrar más referencias. Y creo que ahora, de hecho, hay menos películas de este estilo que antes. 

- “Hemshej” es una película sobre la memoria, que se estrena mientras desde el Gobierno, en fechas clave, refuerzan ideas negacionistas. ¿Es interesante para interpelar a otros el estreno en este momento?

- Es un momento muy movilizante para estrenar. Es una película sobre la búsqueda de la identidad y la memoria, así que es una oportunidad para ocupar los espacios: que esté en el cine, que vaya gente a verla, que genere discusión, es una manera de responder a estos ataques que se sufren desde este Gobierno. Ellos están muy presentes en las redes: una respuesta posible es ocupar los espacios físicos que están todavía a disposición para generar otros sentidos.