La Inteligencia Artificial revoluciona los sex shops
Edición Impresa | 21 de Abril de 2024 | 03:24

En medio de los tradicionales vibradores, muñecas y correas de cuero expuestos en una feria de artículos para adultos en Shanghái, una nueva tendencia excita a los visitantes: los juguetes sexuales dirigidos con inteligencia artificial.
Alrededor de un 70% de los juguetes sexuales del mundo están fabricados en China. Muchos de ellos están expuestos en este salón de Shanghái este fin de semana.
Entre muñecas hiperrealistas y vibradores, los artículos inteligentes van ganando terreno.
Empresas europeas y norteamericanas ya proponen productos que permiten tener sexo a distancia e incluso de acercarse a un tema futurista: el sexo con robots.
“El recurso a la inteligencia artificial se ha popularizado en estos dos últimos años. Pero todavía estamos en las primeras fases”, dice Hannes Hultman, director de ventas para Europa de la empresa china Svakom.
Esta marca es una de las que se adentran en el sector de los “teledildonics”, el término utilizado para los encuentros sexuales virtuales que usan tecnología para imitar y extender la interacción sexual humana.
Uno de los productos más llamativos es un masturbador que, gracias a la inteligencia artificial, puede sincronizarse con una película porno. También puede imitar los movimientos de los actores en el filme y reproducir las sensaciones.
“Menos pornográficos”
La empresa también lanzó junto a otras marcas programas de conversaciones eróticas.
“Luego puede pedirle a la inteligencia artificial que tome el control de su juguete” sexual, explica Hultman.
La empresa de Pekín Sistalk Technology propone, mediante su aplicación, dar el control de su juguete sexual a una “novia” creada por inteligencia artificial.
La población joven china, que dispone de mayores ingresos y es más exigente en materia de bienestar que las generaciones anteriores, está cambiando totalmente el mercado, asegura un vendedor de la empresa.
“Aunque fabricamos juguetes sexuales, intentamos cambiar la mentalidad de nuestra comunidad y hacer [estos objetos] menos pornográficos”, afirma.
“Es realmente una nueva tendencia, que se desarrolla en Europa”, señala Malgorzata Zasada, de la empresa Oninder.
“En Asia, en China, todavía no es muy conocida. Pero esto está cambiando y creo que va a triunfar”, vaticina.
Por ahora, el número de usuarios es muy bajo: la aplicación china de Sistalk tiene unos 500 seguidores, una cifra ínfima para un país de 1.400 millones de habitantes.
Por otra parte, el uso de la inteligencia artificial en este sector también suscita dudas éticas sobre la protección de la vida privada.
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