La reinvención gastronómica de Milán
Edición Impresa | 28 de Abril de 2024 | 03:57

Milán, la capital de la moda y la gastronomía italiana, sintió el golpe de efecto cuando el restaurante del barrio de Brera, La Latteria, cerró después de 58 años, lo que dejó un vacío en la escena de la ciudad. Sin embargo, de a poco, la urbe se reinventa con una ola de nuevos bares, restaurantes y cafeterías, muchos de ellos dirigidos por jóvenes del mundo de la moda y el diseño, lo que inyecta una nueva energía.
Por caso, el tranquilo barrio de Acquabella ha visto cómo el antiguo pastificio boloñés, Bar Nico, se transforma en un moderno bar bajo la dirección de Chiara Pino, modelo, y Riccardo Ganelli, ex empleado de la marca de moda Sunnei. Inspirados en las vinotecas de barrio de París y Barcelona, han creado un ambiente minimalista con un mostrador de acero y hormigón, y mesas de madera estilo bistró. El menú ofrece una selección de vinos naturales de pequeños productores de Francia e Italia, kombuchas sin alcohol y platos sencillos como ensalada de achicoria y balsámico, mejillones en escabeche y salchicha cruda de Bra servida con mostaza picante.
El ex sous chef de Osteria Francescana en Módena, Yoji Tokuyoshi, junto con la restauradora Alice Yamada, abrió Pan en el barrio Ticinese. Pan ofrece una mezcla de técnicas y sabores europeos y japoneses en pasteles y postres, como panecillos hojaldrados de miso y canela, pastel de queso matcha al estilo vasco y anpan. Además, se sirven almuerzos y brunch los fines de semana, con un menú en constante cambio que incluye platos como tostadas de aguacate con huevos escalfados y shichimi en polvo picante sobre shokupan.
Rocco Galasso, Luca Gennati y Tommaso Melilli revivieron una trattoria familiar en Navigli bajo el nombre de Gloria. Conservando en gran medida la atmósfera original, el restaurante ha sido renovado con un mostrador revestido de zinc y un papel pintado floral de Morris. En la cocina, Melilli moderniza las recetas tradicionales italianas utilizando ingredientes de temporada y sabores poco convencionales.
Ubicado en el moderno barrio de Brera, Ristorante Fiori Chiari ofrece platos caseros milaneses en un ambiente retrofuturista inspirado en las trattorias de los años 60. Los interiores fueron diseñados por Dimorestudio, con minimalistas sillas de acero y paja tejida, paneles de nogal y baldosas de colores.
Las hermanas Yasmine y Julie Audi abrieron Fairfax en febrero, una tienda de postres y helados que ofrece una variedad de delicias libanesas, helados y sorbetes en sabores únicos como orquídea, jazmín o café toffee crujiente, así como dulces Loukoum hechos a mano, también conocidos como delicias turcas.
Bicchierino, ubicado en el barrio suroeste de Giambellino, ofrece un ambiente íntimo con muebles eclécticos y un largo mostrador de madera salpicado de botellas. Además de una selección de vinos naturales, el menú incluye platos sencillos elaborados con ingredientes del mercado local, como ensalada de patatas y alcachofas.
El enólogo Marco Guzzetti abrió Via Stampa, su primer restaurante en Milán, con un enfoque en platos pequeños de temporada. El espacio, con vista a la Basílica de San Lorenzo Maggiore en Cinque Vie, se asemeja a un bistró parisino con su decoración sobria y elegante.
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