Esquivó a los policías pero no pudo con los aguiluchos

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Un objeto volador no identificado fue detectado en la mañana del viernes pasado por el personal de custodia de la Municipalidad, sobrevolando los techos del palacio de calle 12. El artefacto, un drone de los que suelen verse con cada vez más asiduidad para tomar imágenes desde las alturas, provocó la alarma de los efectivos de seguridad que, desconcertados, elucubraron todo tipo de teorías conspirativas y hasta decidieron proceder a su derribo. Sin embargo y por suerte, el dueño del dispositivo, el secretario de Planeamiento, Sergio Resa, pudo detener la operación justo a tiempo, cuando, control remoto en mano, anunció a los gritos que el drone era suyo y que lo estaba usando para chequear el estado de las canaletas del edificio. Saldada la confusión, el objeto volador no quedó exento de peligro: mientras el drone fotografiaba lo que parecía ser una filtración en la zona de la terraza, dos aguiluchos que, aseguran, viven en los árboles de la zona, detectaron el objeto invasor y, tras una precisa vigilancia, pasaron del acecho al hecho y lo atacaron, cazándolo de una aleta. Dicen que, tras duelar la rotura del drone que no pudo escapar de su destino, ahora Resa piensa en un “plan B” para supervisar los techos palaciegos sin tener que usar la escalera.

 

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