Con 10 mil pesos, ni una bolsa: morrón y zapallitos a precios de parrillada

Casi no hay frutas ni verduras por debajo de los mil pesos el kilo y varios pasan los cinco mil pesos. Entre los productores se señala que los aumentos obedecen a las pérdidas causadas por las últimas tormentas fuertes

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Por estos días, los precios de algunas frutas y verduras logran espantar a los consumidores. En una verdulería cercana a Plaza Malvinas, el kilo de zapallitos se vende a 6 mil pesos; los morrones a 7 mil y al mismo valor está la cebolla de verdeo. En ese marco, hacer un revuelto de verduras para cuatro personas puede resultar más caro que hacer un asado. Algo nunca visto.

En la feria que se realiza sobre calle 51 los precios no son mucho mejores; el del tomate se promociona como oferta a 3 mil pesos y en un valor similar, unas mandarinas, frutas que históricamente se ubicaron entre las más económicas.

En la zona de 19 y 60, un vecino salió controlando su ticket porque no podía salir de su asombro: 750 gramos de cebollas, 979 pesos; una hoja de apio, 152 pesos; un 1,7 kilogramo de berenjenas 4.800 pesos; un morrón, 1.428 pesos y un zapallo zucchini, 864 pesos. La dispersión de precios no cambia: ahí, los zapallitos estaban a 3.800 pesos y unas cuadras más al centro, 3.600.

También salió azorada de la verdulería una vecina de la zona de plaza Rocha. Allí el kilo de mandarina, se promocionaba a 3 mil pesos y el de kiwi a 6 mil pesos.

“Hay mucha disparidad de precios, en una verdulería la palta chica me salió 1.100 pesos y en otro comercio vi una similar a 2.900 pesos la unidad; allí había oferta de naranjas a 2.000 pesos el kilo, pero en otros lugares vi dos kilos a 3.000”, dijo la mujer.

En el sector se habla del grave problema de inversión que afecta al sector productivo de frutas y verduras. “El problema es la falta de rentabilidad, muchos productores bolivianos se volvieron a su país porque ya no les rendía, entonces se perdió ese capital y ese trabajo”, opinó Héctor Pestrín, productor frutícola y puestero en el Mercado de la Región.

El diagnóstico es que tanto las frutas como las verduras están caras porque las inversiones son muy acotadas, tiempo atrás había unas 4 regiones argentinas productoras de los mismos productos frescos y eso se fue perdiendo.

“En Argentina las distancias son enormes y también los costos de flete. En Europa, por ejemplo, en 600 kilómetros que abarcan varios países hay una concentración de producción”, dijo Pestrín.

El productor señaló que, por caso, las tormentas de los últimos años destrozaron invernáculos que, por una cuestión de costos, ya no pudieron reponerse. En suma, los valores quedaron fuera del alcance de lo que es la actividad de producción primaria. Eso explica por qué, por ejemplo, la cebolla de verdeo cueste 7 mil pesos el kilo.

“No va a pasar mucho tiempo en entrar manzana de Chile, por una cuestión de costos tuve que cortar la producción en unas 50 hectáreas. El 67 por ciento del valor de la manzana se lo lleva el Estado con impuestos nacionales, provinciales y municipales”, apuntó Pestrín.

La postal de Río Negro se replica en otras provincias, como es el caso de Mendoza, con el agravante de que las plantas de las fincas que se abandonan infectan a la producción de las que están activas.

“Las plantas de peras tardan 12 años en dar frutos, hay muchas actividades productivas que cuando se pierden lleva muchos recuperarlas; en Río Negro se produce el 45 por ciento de lo que se producía hace tres décadas”, agregó el productor y reparó en que las políticas están muy desordenadas desde hace años.

Es que son muchos los factores que intervienen en las actividades primarias. Antes de llegar al verdulero, la fruta pasó por el mercado, pero previo a eso la tuvo un acopiador y antes salió de la zona productiva.

Por eso, manejan valores más accesibles al público aquellas bocas que comercializan de manera directa con el productor.

Además, se remarcó que el costo de los fletes es altísimo y uno de los que más incide en el valor final del producto fresco. Algo que se analiza es que en las cosechas se incremente el pago por productividad más que el salario, algo que se cree redundaría en sacar más rápidamente la producción.

“Los precios van a seguir un poco alocados para productos como el tomate, el cajón cuesta entre 35 mil y 70 mil pesos, dependiendo de dónde venga y si tiene 15 o 18 kilos”, se indicó.

El productor de la Región Salvador Vides sostuvo que la última inundación que los afectó trajo estas consecuencias. “La mayoría de la producción a campo libre se desbarató y lo poco que quedó es insuficiente, los invernáculos se inundaron y hubo que esperar que seque todo para preparar la tierra. Se perdió mucha producción”, dijo Vides.

El productor indicó que los zapallitos que hasta la semana pasada se vendían por 10 o 12 mil pesos el cajón, en estos días se comercializan a unos 20 mil pesos.

“El problema es que en lugar de salir 50 cajones de las quintas, salen 6; además los días se achican, permiten menos entrada de luz, hay humedad que pudre las plantas. Se registran muchas pérdidas y este sector está muy apegado a la oferta y la demanda”, opinó el productor.

Para peor tampoco es bueno el panorama en regiones productivas como Salta y Jujuy porque las heladas también afectaron la horticultura.

“En Corrientes hace frío, pero a eso hay que sumarle las lluvias constantes en el litoral que provocan la pérdidas en el desarrollo de las plantas y los problemas de hongos”, agregó.

Vides consideró que la carestía de las verduras se frenará seguramente por el deterioro del poder adquisitivo.

 

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