Cambió el dibujo táctico, hizo descansar a dos “esenciales” y le regaló otra alegría a su gente

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Martín Mendinueta

@firmamendinueta

La imagen final, con todos los jugadores cantando abrazados muy cerca de la cabecera que ocuparon los hinchas triperos, resumió de modo perfecto lo que provocó el triunfo con pase a octavos de final de la Copa Argentina.

El director técnico Marcelo Méndez consiguió, en su primer mes de trabajo en el club, reinstalar la confianza, generar mucho respeto y otorgarle al equipo un semblante ambicioso que hacía rato no tenía.

Elogiar el cambio sustancial que ha experimentado Gimnasia obliga a hacer foco en la figura del entrenador uruguayo sobrio, medido y, también, abrigado por la convicción que acompaña a cada una de sus ideas.

Ayer modificó la fisonomía táctica, decidió hacer descansar por un buen rato a dos hombres “esenciales” como son De Blasis y Lucas Castro, jamás resignó su plan para ir a buscar la victoria y la terminó consiguiendo con total justicia.

Los mens sana fueron superiores y lo pusieron en evidencia en la cantidad y en la calidad de sus generaciones ofensivas. Benjamín Domínguez jugó a la altura de lo que se espera de él y, más allá de no haber podido gritar un gol propio, se destacó como la figura. Pícaro y encarador, le cometieron la infracción del penal, estrelló dos remates en los palos y fue una pesadilla para el equipo del norte.

Los hinchas, que no dudaron en acompañar al equipo a mitad de semana y a un escenario lejano, merecían esta alegría demorada. El tercer partido de un ciclo prometedor les obsequió a los fieles la alegría y el optimismo que venían reclamando desde hacía mucho.

Benja Domínguez fue figura porque exigió siempre y sólo le faltó suerte para llegar al gol

Tomás Durso resultó valioso como sostén de los de Sava

Al término del primer tiempo los hinchas de Atlético elogiaron el trabajo realizado por el ex arquero de Gimnasia. El hombre que perdió la titularidad en el Lobo horas antes de aquel desempate ante Colón, se mostró rápido de reflejos y se lució en una atajada brava frente a un buen cabezazo de Matías Abaldo.

con los titulares en cancha, el Lobo acentuó la diferencia

Los ingresos de De Blasis, Castro y Salazar le dieron más pulcritud a los ataques triperos y prepararon el terreno para los alaridos que llegaron como consecuencia lógica.

De Blasis se equivocó al cometer el penal que derivó en el empate transitorio, pero aun así ratificó la importancia que tiene en el funcionamiento general. Pateó muy bien el penal, fuerte y con puntería. Su identificación con el club lo ubica como referente indudable.

Gimnasia está feliz. Ahora juega para ganar y lo consigue.

 

 

 

 

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