Daños al planeta Tierra que se asemejan a tragedias
Edición Impresa | 26 de Mayo de 2024 | 07:31

Un reciente informe ha revelado que los daños económicos asociados al cambio climático son seis veces mayores de lo que se pensaba previamente, lo que podría tener consecuencias devastadoras para la riqueza global. Publicado en mayo por el National Bureau of Economic Research (NBER), el estudio estima que el calentamiento global podría reducir los ingresos medios en casi una quinta parte en los próximos 26 años y causar pérdidas anuales de 38.000 millones de dólares a mediados de siglo.
El estudio, llevado a cabo por Adrien Bilal de la Universidad de Harvard y Diego R. Känzig de la Northwestern University, revela que un aumento de 1 °C en la temperatura global provoca una caída del 12 % en el PIB mundial, una cifra significativamente superior a las estimaciones previas. Con el planeta ya habiéndose calentado más de 1 °C desde la era preindustrial y con previsiones de un aumento de 3 °C para finales de siglo debido a la quema continua de combustibles fósiles, el informe proyecta un costo económico masivo. Este aumento en la temperatura tendría un impacto descomunal en la economía global, reduciendo la producción, el capital y el consumo a niveles alarmantemente bajos.
“El crecimiento económico continuará, pero a finales de siglo podríamos ser un 50 % más pobres de lo que seríamos sin el cambio climático”, indicó Bilal a The Guardian. La investigación sugiere que el poder adquisitivo ya sería un 37 % superior sin el calentamiento global de los últimos 50 años, destacando una pérdida de riqueza comparable a las pérdidas económicas vistas en tiempos de guerra. Según el informe, el impacto económico de un aumento de 3 °C en la temperatura global sería tan severo como el daño causado por una guerra interna y permanente.
Los costos económicos del cambio climático se manifiestan en diversas formas, incluyendo la disminución de la productividad agrícola debido a condiciones climáticas extremas, la reducción de la productividad laboral por olas de calor y el aumento de las inversiones necesarias para adaptarse a un clima más hostil. Además, se anticipa que el cambio climático afectará negativamente la infraestructura, causando daños a propiedades y aumentando los costos de mantenimiento y reparación.
El informe también destaca que el coste social del carbono, es decir, el coste en dólares de los daños causados por cada tonelada adicional de emisiones de carbono, es de 1.056 dólares por tonelada, muy superior a los 190 dólares por tonelada calculados por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). Esta diferencia resalta la necesidad de una reevaluación urgente de las políticas y medidas actuales para combatir el cambio climático.
Una de las innovaciones del estudio es su enfoque global, en lugar de un análisis país por país. Los investigadores han adoptado una perspectiva que considera la interconectividad de los impactos climáticos, como las olas de calor, tormentas, inundaciones y otros eventos extremos que dañan el rendimiento de las cosechas, reducen la productividad de los trabajadores y disminuyen la inversión de capital. Este enfoque holístico permite una mejor comprensión del impacto económico total del cambio climático.
El documento concluye que “el impacto económico de la crisis climática será sorprendentemente uniforme en todo el mundo, aunque con los países de renta más baja partiendo de un punto más bajo de riqueza. Esto debería impulsar a países ricos como Estados Unidos a tomar medidas para reducir las emisiones que calientan el planeta en su propio interés económico”. Será un fenómeno de evolución lenta, aunque los impactos se notarán mucho cuando lleguen.
Este informe subraya la necesidad urgente de medidas globales para mitigar el cambio climático. La comparación con los daños de una guerra permanente destaca la gravedad de la situación y la magnitud de las pérdidas económicas que podríamos enfrentar si no se toman medidas adecuadas. Los autores del estudio advierten que, aunque el cambio climático se presenta como un fenómeno de evolución lenta, los impactos económicos serán profundos y de larga duración, afectando a todas las economías del mundo.
En este contexto, es crucial que los gobiernos, empresas y ciudadanos a nivel global reconozcan la urgencia de la situación y actúen en consecuencia. La transición hacia una economía baja en carbono no solo es esencial para proteger el medio ambiente, sino también para salvaguardar la prosperidad económica futura.
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