De la UNLP a Columbia: dos abogadas platenses, becadas en EE UU
Edición Impresa | 27 de Mayo de 2024 | 03:25

La noticia viaja desde Nueva York y llega cargada de felicidad. Felicidad y orgullo por estas dos abogadas platenses, Justina Bruera (28) y María Emilia Mamberti (34), graduadas en la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y que en el lapso de un año ganaron dos becas completas para cursar un máster y un doctorado en la Universidad estadounidense de Columbia, una de las más prestigiosas del mundo.
“Somos las únicas platenses y prácticamente las únicas latinas”, coinciden en diálogo telefónico con EL DIA, mientras Justina recuerda aún conmovida cómo fue que, gracias a este logro compartido, conoció a María Emilia: “Nos conocimos el año pasado en La Plata. Desde ese momento yo sabía que quería aplicar al doctorado que ella ya había cursado para hacerlo una vez que terminara el máster. Entonces nos juntamos en un café, cerca de la facultad de Derecho, y me contó cómo había sido su aplicación. Fue muy generosa Emilia, me ayudó mucho”, reconoce desde Nueva York la hija del exintendente Pablo Bruera, también abogado, y de Susana Perroni, profesora de Educación Física.
Las becas a las que accedieron Justina y Maria Emilia son altamente competitivas
Son varios los puntos en los que las historias de las jóvenes se unen. Por ejemplo, ambas se graduaron con distinguidas calificaciones y en forma casi meteórica. María Emilia, que es hija de los abogados Carlos Mamberti y María Ignacia Pedraza, terminó la carrera en 2012, a sus 22 y en poco más de 4 años; Justina lo hizo con 20, en 2017 y al cabo de 3 años. Eso es la mitad del promedio de graduación en Derecho, que es lleva unos 6 años y puede estirarse hasta 8. Coinciden también al decir que desde que tienen uso de razón, desde que eran muy chicas, siempre quisieron ser abogadas. “Me irrita la injusticia”, sentencia Mamberti. Las une, por último, el haber sido reconocidas en Columbia con uno de los planes de becas más exigentes del planeta.
La llave que les abrió la puerta a la respetada casa de estudios neoyorquina fue Fulbright, el programa que promueve la capacitación de los graduados que quieran seguir una maestría o doctorado en Estados Unidos, que es administrado por el Departamento de Estado norteamericano y que incluye para sus beneficiarios el costo de los pasajes, un estipendio mensual para manutención, seguro de salud, aranceles y matrícula de la universidad elegida. Pero no todos acceden. El sistema de becas es altamente competitivo, pone especial énfasis en la excelencia académica y profesional, requiere excelente dominio del inglés, siete puntos como mínimo de promedio académico y probada experiencia profesional. Todos estos requisitos fueron sorteados por Justina, que ha orientado su carrera al ámbito del derecho público, constitucional, administrativo y penal, y por María Emilia, enfocada en temas de interés público y derechos humanos.
El programa Fulbright les permitió, entonces, aplicar y acceder al máster en Columbia. Pero todavía les esperaba el premio mayor, la “beca total” para el doctorado que María Emilia terminó pocos días atrás, con una tesis centrada en la promoción de los derechos sociales, y que Justina empezará en el mes de agosto.
“Estoy muy entusiasmada”, celebra la abogada y cuenta que para esta nueva aplicación propuso como línea de investigación un estudio comparado de las leyes latinoamericanas que permiten el arresto domiciliario a las mujeres madres privadas de la libertad: “Creo que lo que valoraron fue la innovación del tema”, sostiene y rescata la intersección entre el derecho penal y los derechos humanos como “una forma de contribuir a tener una sociedad más justa y menos desigual”. Tanto se involucró en este ámbito que en Columbia llegó a desempeñarse como asistente de investigación para el instituto de derechos humanos de la universidad, que además trabaja en convenio con la Clooney Foundation for Justice, organización dirigida por la abogada Amal Clooney, esposa del reconocido actor de Hollywood, George Clooney.
La ayuda incluye pasajes, estipendio mensual para manutención, seguro de salud y matrícula
También María Emilia ha dirigido todos sus esfuerzos a la defensa de los derechos humanos y trabajando junto a organismos internacionales. Esto la ha llevado, por ejemplo, a participar de la reciente reunión ministerial del G20 en Brasil. Es precisamente en un alto de ese encuentro que responde a las consultas de este diario, disculpándose amablemente por no poder abundar demasiado sobre el doctorado (o The Doctor of the Science of Law-JSD, como se lo conoce oficialmente) que acaba de concluir en Columbia, donde -subraya- se volvió “mucho más feminista”.
Ansiosa por el JSD que empezará en poco más de dos meses, Justina destaca de la academia neoyorquina “la diversidad de gente que conocí, con compañeros de todo el mundo que enriquecían el debate. Aprendí mucho de ese intercambio”, subraya y continúa: “Me deslumbró la cantidad de oportunidades que me dio la universidad durante este año en el que pude trabajar como asistente de investigación, ser ayudante de una profesora y hasta participar como estudiante en la defensa de un caso contravencional en los juzgados de Nueva York”.
Aún así, en el corazón de la joven de 28 años no deja de flamear la bandera argentina y mantiene intactas las ganas de volver a La Plata, a la zona del Parque Saavedra, donde creció y con la que espera reencontrarse brevemente en los meses que restan para el inicio de sus cursadas en Estados Unidos. “El doctorado dura entre 3 y 5 años, pero en Columbia solamente te exigen estar presencialmente durante el primer año. Luego lo podés terminar desde donde quieras o podés buscar financiamiento externo para quedarte acá”, aclara Justina y que, aunque está abierta a diferentes opciones, su deseo hoy es regresar al país, a la UNLP, “no solo para dar clases sino también para difundir este tipo de becas”. Algo así como una retribución a la Universidad que, asegura, le dio “una muy buena formación para desarrollarme sin mayores inconvenientes en las clases que tuve acá”. Tampoco olvida mencionar su primaria en el Instituto de Enseñanza y la secundaria en el Colegio del Centenario.
Al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetrías (la idea es de Borges). Algunos años antes, en algún día de marzo de 1996 y en el mismo Colegio del Centenario del que Justina egresó, María Emilia empezaba a transitar el recorrido escolar que, ya en la secundaria, la llevaría al Colegio Nacional de la UNLP. Como su colega, tampoco ella duda cuando se le consulta sobre su futuro: “Yo vivo en Argentina”, responde desde Brasil.
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