La inundación no da tregua y crece el drama en Brasil

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Paró de llover pero el agua anega Porto Alegre y centenares de otras ciudades en el sur de Brasil, mientras crece la preocupación por el abastecimiento de agua y alimentos en medio de la peor catástrofe climática en la región.

En total, 83 personas murieron, 111 están desaparecidas y más de 129.000 debieron abandonar sus casas debido a las lluvias torrenciales que provocaron la subida de los cauces y deslizamientos en el estado de Río Grande do Sul, según los últimos datos de Defensa Civil.

La catástrofe, que los expertos y el propio gobierno brasileño vinculan al cambio climático, dejó un “escenario de guerra”, describió la víspera el gobernador del estado, Eduardo Leite.

Más de 360 comunidades quedaron afectadas y muchas de ellas siguen aisladas, sin comunicaciones ni suministros de servicios básicos.

En Porto Alegre, la moderna capital del estado con 1,4 millones de habitantes, ayer salió el sol pero buena parte de sus barrios continuaban bajo el agua.

Neucir Carmo, residente del barrio de Floresta, contemplaba preocupado la creciente: “El domingo a la noche el agua llegaba hasta la esquina, se había estabilizado. Hoy (por ayer) ya está enfrente de mi casa y continúa subiendo... no se sabe hasta dónde llegará”, dijo este hombre de 62 años.

 

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