Una pulseada tecnológica en torno al teletrabajo
Edición Impresa | 20 de Junio de 2024 | 01:57

El banco Wells Fargo despidió recientemente a una decena de empleados en Estados Unidos por “simulación de actividad en el teclado del ordenador”, un ejemplo de la voluntad de algunas empresas obsesionadas con la productividad de descubrir trampas en la era del teletrabajo.
Algunas firmas persiguen incluso las técnicas que permiten simular que se está trabajando y utilizan para eso instrumentos sofisticados de “tattleware” o software de vigilancia.
Estas herramientas, cuya demanda explotó desde la pandemia, se instalan en los ordenadores de las empresas y controlan la productividad de los empleados, mediante vigilancia de su puesto de trabajo, de la actividad del teclado, o incluso a través de la localización por GPS.
Algunos empleados, que buscan eludir estos dispositivos delatores apelan a otras herramientas, que simulan por ejemplo el movimiento del ratón e impiden a la computadora ponerse en vigilia. El objetivo: aparecer como en actividad a ojos de sus jefes aunque puedan estar, por ejemplo, en asuntos no vinculados a su trabajo.
Tutoriales
Tutoriales en TikTok o Youtube enseñan cómo aparecer artificialmente activo, gracias, por ejemplo, a falsas presentaciones de PowerPoint útiles para “cuando se necesita dormir la siesta”.
“Cliquear solo en +Diaporama+ y todo funcionará”, asegura Sho Dewan, un influencer que se presenta como un “exreclutador (de personal) que comparte los secretos de los RH”, recursos humanos, en un video de TikTok que tiene varios millones de descargas.
Otra pista frecuentemente compartida en estos tutoriales: abrir un programa de escritura y colocar un objeto que oprima una tecla. La página se llena del mismo carácter miles de veces, pero el empleado aparece activo.
Sin embargo, el instrumento más popular es el que permite mover el ratón y que es posible comprar por unas decenas de dólares. El riesgo de ser descubierto es, de todos modos, importante.
Algunos profesionales de recursos humanos consideran que este juego del gato y el ratón provocó que se multipliquen la “puesta en escena de la productividad”, que lleva al empleado a fingir de forma incluso teatral su actividad.
En un sondeo citado por la Harvard Business Review, algunas empresas destacan que vigilar secretamente a sus empleados puede ser un bumerán peligroso para los empleadores.
“Descubrimos que empleados vigilados son mucho más propensos a tomar pausas sin consultar, dañar bienes en la oficina, robar material y trabajar de forma deliberadamente lenta” que los que no son sometidos a este tipo de prácticas, señala la revista.
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