Pilar Sordo: “Cuando uno tiene las respuestas, la vida te cambia las preguntas”

Dice Pilar Sordo, reconocida psicóloga, conferencista y escritora chilena, que “el concepto de amor propio no tiene más de 15 ó 20 años dentro de la psicología -antes se hablaba autoestima-”, y que empieza a ser importante “cuando se desmantelan estructuras como la política, la iglesia, donde el ser humano empieza a evaluar que en realidad el cómo se para frente a la realidad o cuál es su visión de sí mismo estaría determinando los resultados”. Y para ella, que venía investigando sobre el autoconocimiento, fue un punto de interés para encarar otra investigación que siguió realizando durante años. El resultado fue “Del amor propio al amor al otro”, su último best seller, y el que está presentando en formato de conferencia con las últimas actualizaciones de la temática.

En este marco, Sordo volverá a La Plata este jueves. La cita será en el Coliseo Podestá (entradas por Plateanet), escenario conocido para la reconocida autora que compartirá con su público habilidades para transitar la vida. Antes de su desembarco en la Ciudad, charlamos con ella.

-¿Cómo se hace para amarse a uno mismo? Parece fácil, de hecho, hay mucha frase hecha, pero ¿cómo se logra?

-Estoy totalmente de acuerdo con que es una frase hecha y además híper, híper archi vendida, mal vendida, además con montones de errores en su conceptualización, lleno de posts e inundación en las redes. Pero la verdad que esto es un trabajo de por vida, es un trabajo del cual uno nunca se gradúa, uno nunca llega al punto de llegar a quererse tanto uno mismo y tener todo el tema resuelto, porque cuando uno tiene todas las respuestas la vida te cambia las preguntas. Por lo tanto, siempre vas a tener que volver a partir de nuevo. ¿Cómo se hace? Trabajando el autoconocimiento, la autoaceptación, el autocuidado y la autoprotección. Todo esto marcado por el nuevo concepto que viene dentro de la investigación que estoy realizando ahora, que tiene que ver con el cómo yo me hablo en relación a estos cuatro temas, al que yo le llamo diálogo interno y que determina la forma en que me veo a mí misma, lo que me digo y cómo me relaciono en relación a esa conceptualización con los otros.

-¿Qué pasa con las personas que no lo logran?

-Las personas que no lo logran en algún momento lo van a tener que trabajar. Generalmente, el trabajo de amor propio comienza después de una situación desgarradora y dolorosa, donde nos sentimos pasados a llevar, donde no fuimos capaces de poner límites, donde no supimos cómo éramos y no sabíamos cómo reaccionamos, donde no éramos capaces de aceptarnos, entonces el ruido interior se hizo espantoso, donde nos agredieron (...) La gente que no lo logra va a tener vínculos de dependencia, va a establecer afectos por necesidad, va a tener grandes apegos y por lo tanto mayor índice de sufrimiento en un mundo donde todo lo descartable y lo desechable nos lleva a pensar que la única forma de mantenerse firme a nivel vincular es a través de este concepto.

-¿Cómo alguien que no ha pensado en esto puede reconocer si realmente siente amor propio? ¿Cuáles son las señales?

-Las señales para que alguien empiece a trabajar amor propio son la sensación de que no puedo hacer lo que quiero, de que entrego mucho y recibo poco, de que soy experta en dar pero no sé recibir, de que no sé decir que no, de que no pongo límites, de que cualquiera podría hacer cualquier cosa conmigo y pareciera que yo lo tengo que aceptar; donde está la creencia de que si yo digo que no, entonces no soy buena persona, que ser noble solo implica decir sí, donde le digo sí a todo el mundo y no hacia mi persona, donde tengo ruidos mentales en relación a no aceptarme; a que la imagen con mi cuerpo, con mis pensamientos, con mis emociones siempre es negativa, donde me regaño mucho, donde soy mi peor juez, donde me importa mucho la opinión del resto, donde si no me llaman me angustio, si no me quieren me desespero, si me abandonan siento que me muero.

-Muchos dicen que para amar a alguien es importante amarse a uno primero, ¿qué opinás sobre ese concepto?

-Yo no creo en esa frase, creo que es uno de los grandes mitos de este concepto, de pensar que si yo no me amo, entonces no me va a amar nadie, ni yo puedo amar a nadie. Si eso fuera cierto, estaríamos todos solos, encerrados en nuestras casas esperando graduarnos de amor propio. Yo creo que el amor propio se construye vincularmente, se construye en espejo con otros. Yo puedo amar sin amarme, pero evidentemente la probabilidad de que ese éxito o esa relación no funcione es alta. Lo que pasa es que la calidad del amor que yo voy a establecer amándome va a ser infinitamente superior a la infra calidad que tiene cuando uno no se quiere.

-Muchas veces se confunde o se piensa al amor propio como un acto de egoísmo o soberbia. ¿De dónde nace esa asociación?

-Bueno, ese es uno de los errores del concepto, que es asociar amor propio con egoísmo, y la verdad que es absolutamente al revés. El amor propio no es ni soberbia ni egoísmo, es todo lo contrario, nada hay más generoso que el amor propio y nada hay más humilde que el amor propio, porque en la medida que yo me conozco, me acepto, me cuido y me protejo, yo conozco mis luces y mis sombras, por lo tanto, mal podría yo juzgar las luces y las sombras de otro. Si ya pude reconocer o ver las mías, y la soberbia tiene que ver con inseguridad, nunca la soberbia es amor propio, una de las características que muestra que alguien tenga amor propio o no lo tenga es justamente su capacidad de humildad, a mayor humildad, mayor amor propio, porque yo soy capaz de reconocer lo mío y por lo tanto no podría ser soberbio ni pararme en ninguna careta para mostrar algo que no soy, por lo tanto, el amor propio es humilde y al mismo tiempo generoso.

Autoaceptación, autoconocimiento, autocuidado y autoaceptación son claves para amarse