Aunque acotado, Milei logró un triunfo político que necesitaba y tendrá más herramientas para gobernar
Edición Impresa | 28 de Junio de 2024 | 03:08

Mariano Pérez de Eulate
mpeulate@eldia.com
Con la aprobación de la Ley Bases y el paquete fiscal el Gobierno obtuvo un triunfo político objetivo pero acotado, teniendo en cuenta la debilidad legislativa del oficialismo. Medio año le llevó al presidente Javier Milei obtener del Parlamento los instrumentos que pedía para gestionar la promesa de recuperación económica. Obtuvo la ley posible, no la deseada, luego de hacer infinidad de concesiones.
“Empezó siendo lo que Federico Sturzenegger quería que fuera y terminó siendo lo que Guillermo Francos pudo procurar que sea”, detalla el analista Lucas Romero, titular de la consultora Synopsis, en diálogo con este diario. Francos es el Jefe de Gabinete que le inyectó una dimensión política al Gobierno, que no tenía en los primeros meses. El platense “Sturze”, como le dicen en la intimidad libertaria, es el autor intelectual del mamotreto legal inicial (recordar que Bases eran unos 600 artículos al principio y ayer se aprobaron menos de 300) y del polémico DNU desregulador 70/2023.
En ese sentido, el trámite legislativo de ayer evidenció una vez más las dificultades de la configuración del esquema político actual, esculpido a partir de las elecciones del año pasado, que tuvieron un primer capítulo en octubre y un segundo en el balotaje de noviembre: un Presidente débil y condicionado en términos de capacidad de toma de decisiones, con limitaciones para obtener los favores del Congreso para gestionar.
Ejemplo: Milei quería privatizar 40 empresas estatales y el Legislativo sólo lo habilitó para avanzar con un puñadito, le acotó delegaciones de facultades a áreas puntuales o le advirtió -por los cambios que pasaron en el Senado- que el tema tributario probablemente se termine judicializando.
A esta altura, luego de meses de idas y vueltas, la dimensión del triunfo de La Libertad Avanza hay que buscarla no tanto en el contenido de las Ley Bases sino en la aprobación en sí del proyecto. Milei necesitaba mostrar que puede liderar este país en crisis, más allá de sus intempestivas declaraciones y sus bravuconadas por la red social X (ex Twitter), obteniendo del Congreso un instrumento fundacional con sólo 7 senadores y 38 diputados afines. Para él era una necesidad política real, si se quiere urgente.
Una señal
Además, es una señal que esperaban los mercados, los inversionistas privados posibles, el Fondo Monetario Internacional (FMI), en su condición de casi único prestamista de la Argentina, y demás actores transnacionales e incluso locales. A ese universo, y al menos por ahora, Milei les mostró que puede hacer lo que les dijo que quiere hacer, siempre con las limitaciones que suponen las modificaciones acordadas en el trámite legislativo. Digámoslo: la caída de la Ley Bases hubiera sido para él una catástrofe.
Y hay otro condimento. Con un peronismo en su vertiente kirchnerista decidido desde siempre a rechazar todo lo que sea receta libertaria (Pacto de Mayo, Ley Bases, paquete fiscal, DNU, etc.), la llamada oposición dialoguista o facilitadora se ha sacado un tema incómodo de encima. Hablamos del PRO, gran parte de la UCR, el bloque Hacemos Coalición Federal (HCF) -donde conviven justicialistas no kirchneristas y socialdemócratas- y ciertos bloques provinciales.
Ese espectro también necesitaba mostrarle a sus votantes -que en definitiva también quieren un cambio respecto a lo que había antes- que le daba herramientas al Presidente. No un cheque en blanco, por eso ciertas objeciones en las votaciones en particular. Pero sí las pautas para que de una vez por todas Milei deje de decir que la política tradicional le dificulta la gestión.
Este punto es interesante porque, aún con cambios, el Presidente obtuvo de “la casta” lo que pedía: una ley ómnibus para reformar el Estado. Así, la política tradicional le quitó a Milei un elemento de la construcción de su relato de crecimiento político. Ciertamente, el jefe de Estado ya no tendrá culpables a quien facturarles “palos en la rueda”.
Un cambio en “la dinámica política”
“Esto cambia la dinámica política. La oposición dialoguista siente que ya le dio al Presidente las herramientas que pedía y Milei va a tener que hacerse cada vez más responsable de lo que ocurra, porque no tendrá más el argumento de que no le dan leyes y no lo dejan gobernar. Esto le da una obligación más al libertario y desresponsabiliza a la oposición respecto a lo que ocurra, que probablemente en adelante se sienta con más margen para patalear”, analiza Romero.
En ese sentido, liberada de la obligación de facilitarle instrumentos al Ejecutivo, ahora la oposición no peronista casi seguramente empezará a transitar el sendero de demostrar las diferencias que tiene con Milei, que las hay, de cara a lo que viene (especialmente los radicales y el bloque HCF) para esculpir así un perfil propio y con cierta competitividad, de cara a las elecciones legislativas del año que viene.
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