Pura fantasía: las plataformas apuestan por los dragones, los superhéroes y los jedi para ganar la guerra on demand

El cine y la tevé vienen de varias importantes turbulencias. Pandemia primero, que cerró los cines y paralizó los rodajes (aunque potenció las plataformas). Luego, huelga de guionistas, que volvió a frenar los proyectos tanto para el cine como para la tevé.

A la pantalla grande esta continuidad de crisis le agravó su problema de los últimos años: la falta de audiencia ante el cambio de hábito del espectador, que mira todo en casa. A la pantalla chica, beneficiada por el encierro pandémico, la huelga la agarró en medio de una batalla tremenda entre plataformas: hay demasiados servicios, algunos desaparecerán, y hasta los más exitosos en términos de usuarios todavía no han conseguido hacer que su sistema de financiamiento en base a suscripciones de réditos.

Pero como siempre en Hollywood, la salida es por arriba y a lo grande: a la crisis, las principales plataformas le tiran en junio con sus grandes municiones, sus principales apuestas televisivas, megaproducciones fantásticas que esperan atraer millones de suscriptores justo en el período en que las vacaciones escolares del hemisferio norte están comenzando. La tormenta perfecta: así es que en junio tendremos tres de los estrenos más esperados del año.

El primero ya está entre nosotros: la franquicia “Star Wars” tiene una nueva serie en la pantalla de Disney+, “The Acolyte”, que estrena un episodio por semana, y donde la saga juega un nuevo experimento, mezclando las tradicionales aventuras de western espacial con el thriller y el suspenso de una investigación criminal.

Es un nuevo intento de Disney por recuperar la franquicia por la que pagó 4 mil millones de dólares: ha recuperado, claro, la inversión, con una nueva trilogía de películas, sumada a dos spin-offs, además de ya incontables series animadas, “The Mandalorian”, la resurrección de Ewan McGregor como Obi Wan, el spin-off sobre Ahsoka… Seguro que usted, espectador, ya se había olvidado de varias de estas, que son apenas la punta del iceberg de la explotación que la Casa del Ratón realiza de la saga espacial, y que incluye merchandising, videojuegos y atracciones en su parque de diversiones.

El plan de Disney es claro, y no planea frenar a pesar de que la audiencia ya ha mostrado cierto agotamiento respecto a este contenido producido de manera casi automática y que ha recibido, en general, críticas mixtas. Su serie más celebrada, “The Mandalorian”, también sufrió esa sobreproducción, con dos spin offs y una tercera temporada que cambió el eje hacia la tribu mandaloriana, cuando el público solo quería más aventuras de Bebé Yoda y su papá adoptivo.

“The Acolyte”, sin embargo, parece ser el resultado de algunas lecciones aprendidas: un tono más oscuro y más adulto, más realista, como el de la también aplaudida “Andor”, una historia separada de la saga original y las obligadas referencias a ese cuerpo infinito de mitos y mundos construido a su alrededor, con más libertad para moverse sin pisarle los pies a algún Skywalker. “The Acolyte”, en ese sentido, transcurre 100 años antes de la trilogía original.

También se permite jugar con los géneros más populares, el policial, el suspenso, la acción, que fueron la base del éxito de la primera “Mandalorian”. Pero lo hace sin dejar de hacer referencia a lo que hace particular a este universo. De hecho, la serie se mete con los jedi y su leyenda. “En la mayoría de los medios de Star Wars, los Jedi son monolíticamente buenos”, dice Leslye Headland, creadora de la serie. “Pero cualquier institución, sin importar su magnitud o su nobleza, está compuesta por individuos. Y todos los individuos son falibles e imperfectos. La parte más difícil de la serie fue soltar mi profunda admiración por los Jedi y tratar de verlos como personas que se comportan de determinadas maneras en las situaciones en las que yo los colocaba”.

“The Acolyte”, una apuesta distinta en el universo “Star Wars”

Así, hay jedis más cercanos al ideal, pero otros con tendencias a la vagancia, los atajos, el abuso de poder. También vuelve a debatirse el corazón de la doctrina, la necesidad de equilibrio, y cómo conseguirla sin despegarse emocionalmente del mundo: el conflicto principal es el de un maestro jedi que defiende a su antigua padawan, acusada de asesinato. ¿Cómo involucrarse en su defensa sin involucrarse emocionalmente y perder así la supuesta ecuanimidad jedi?

Y además, en la serie “hay gente que es sensible a la Fuerza, pero que no necesariamente pertenece a la Orden Jedi”, dijo Headland.

SOMOS LOS PIRATAS

Disney creó un modelo, con las adquisiciones de Marvel y Star Wars: la creación de contenidos diversos pero constantes que aprovechan la nostalgia del consumidor y son a la vez masivos, para toda la familia. El modelo le ha funcionado, pero también ha generado un gran desgaste: la burbuja superheroica está a punto de pincharse, y la de la saga galáctica hace rato parece desinflada. Todo esto lo dijeron primero los muchachos de “The Boys”.

La serie de Prime Video nació como una sátira durísima pero hilarante sobre el mundo de los superhéroes, que en la serie son los cínicos pero peligrosamente poderosos representantes de una corporación que tiene sus tentáculos en todos los rincones del planeta. Bueno, cualquier semejanza con los hechos reales no es coincidencia, claro.

Pero la ejecución de esa idea es lo que cautivó a la audiencia: en medio de un mar de contenidos políticamente correctos y familiares, “The Boys” apostó por sorprender en cada escena por lo grotesco y atrevido de sus propuestas visuales y temáticas, que van desde un Aquaman de feria que tiene sexo con criaturas marítimas hasta un superhéroe que se vuelve pequeño para introducirse en todo tipo de orificios de placer. Sexo, vísceras y complejos de Edipo empapan una trama sobre un grupo de personas de a pie que quieren destapar la conspiración superheroica: un viaje salvaje y sin arrepentimientos.

La tercera temporada fue quizás la más atrevida de la serie de Prime Video, que volverá por más el jueves, cuando estrene el primer episodio, de ocho, de su cuarta temporada. Es el gran éxito de Prime Video, que gastó cientos de millones en revivir la serie de “El Señor de los Anillos” pero encontró suceso en este grupo de muchachones marginales, de piratas de superhéroes. Por eso, ya tiene confirmada su quinta temporada.

“The Boys es una serie audaz que continúa cautivando a nuestros clientes en todo el mundo al desafiar, temporada tras temporada, las normas culturales”, mencionó Vernon Sanders, director de televisión de Amazon MGM Studios. “Estamos orgullosos de esta serie que se ha convertido en una franquicia global y estamos encantados de que Eric Kripke y el equipo creativo tengan más historias atrapantes para contarles a todos los fanáticos”.

“The Boys puede ser el mejor trabajo que jamás haya tenido. ¿Qué otro programa me permite escribir sobre política, capitalismo, familia y genitales explosivos, aunque no sea en ese orden?”, dijo Eric Kripke, cabeza creativa de The Boys. “El elenco y el equipo están profundamente agradecidos con Sony Pictures Television y Amazon MGM Studios por la oportunidad de contar esta historia una temporada más. Mi único problema es que, como este año parece estar libre de conflictos y desinformación, no estamos seguros de qué escribir”.

La cuarta temporada que comienza a emitirse el jueves, y que también estrenará un episodio por semana (las plataformas aprendieron: el modelo Netflix lleva a un atracón pero una menor permanencia en la conversación global, y hoy las menciones en redes son el nuevo rating, la nueva medida del interés que genera una plataforma), comienza con el mundo al borde del colapso. Victoria Neuman está más cerca que nunca de la Oficina Oval, bajo el control de Homelander, que está fortaleciendo su poder. Butcher, a quien solo le quedan unos meses de vida, ha perdido al hijo de Becca y su rol como líder de The Boys. El resto del equipo está harto de sus mentiras. Con el peligro, que cada vez es más grande, ellos deben encontrar la forma de trabajar juntos y salvar el mundo antes que sea demasiado tarde.

CALABOZOS Y DRAGONES

Disney+ y Prime Video juegan con “The Acolyte” y “The Boys” sus cartas para el verano del hemisferio norte. Y Max contraataca con su propio “tanque”: la segunda temporada de “La casa del dragón”, primera serie derivada de la exitosa “Juego de Tronos”, debuta el próximo domingo, y también mostrará un episodio por semana, durante dos meses.

La serie fue un sorpresivo éxito para Max: la plataforma le tiró millones esperando aprovechar el éxito de “Tronos”, pero hace rato que la sobreoferta de series de fantasía había disipado el interés de la audiencia por los mundos mágicos medievales. Y, para colmo, la temporada final de la serie basada en los libros de George R.R. Martin había sido particularmente decepcionante, apresurada, mal narrada y con giros tirados de los pelos.

Siguen las intrigas y los romances prohibidos en “La casa del dragón”

Y sin embargo, a pesar de que su propuesta se cocina a fuego lento y que transcurre 200 años antes de los eventos de la primera serie, la primera temporada de “La casa del dragón” fue un éxito que ratificó el interés de la audiencia en las historias del universo de Martin, repleto de intrigas palaciegas, turbias relaciones de poder y de las otras y, claro, dragones, fuego y venganza.

De eso va esta segunda entrega que llega el próximo domingo: al comienzo de la temporada, Westeros está al borde de una sangrienta guerra civil entre los Consejos Verde y Negro luchando por el Rey Aegon y la Reina Rhaenyra respectivamente. Cada lado cree que le corresponde el Trono de Hierro, en los campamentos Verde y Negro se reflejan estas dos perspectivas. Entre las dos partes, se cuenta una historia: el público tendrá que elegir un bando, mientras el reino se fractura.