Otra madrugada sin paz: audaz golpe a una familia de San Carlos
Edición Impresa | 21 de Julio de 2024 | 04:52

En un barrio de San Carlos, se hizo costumbre entre algunos delincuentes dedicarse a los hurtos en viviendas, casi siempre de madrugada, al igual que a vehículos que “duermen” en la calle.
Así lo denunciaron ayer ante este diario algunos vecinos, a raíz del robo con esa modalidad padecido por una familia en su domicilio de 132 entre 47 y 49.
Uno de los damnificados es Ricardo Sívori (66), quien en la tarde de ayer, cuando una persistente llovizna caía en la Ciudad, atendió a EL DIA en la puerta de su vivienda para relatar el episodio de inseguridad padecido.
“NO ESCUCHAMOS NADA”
Se mostró convencido de que el ilícito “tiene que haberse dado entre las 5 y las 8 de la mañana”, de ayer.
De inmediato, explicó el por qué de su estimación: “Mi mujer y mi hija tenían que salir a realizar un trámite, pero antes desactivaron la alarma de casa”, indicó.
Pero de todas maneras, señaló extrañado que “estábamos en casa, pero no escuchamos nada, ningún ruido que podrían haber causado estos ladrones en el quincho”.
“Inclusive -continuó- me levanté a las 9 de la mañana, activé la alarma, me fui al médico y recién descubrí que habían robado en el quincho cuando regresé y fui a ver unas cosas”.
Fue ahí que Sívori constató que “nos llevaron dos bicicletas de rodado 29 y un televisor de 29 pulgadas”.
Comprobó, además, que los responsables del robo “nos abrieron una ventana y una puerta corrediza del quincho”.
Igualmente, rescató -con gesto de alivio- que “por suerte no tuvieron intenciones de seguir robando dentro de la casa”.
Al preguntársele si los intrusos habían quedado filmados por cámaras de seguridad, respondió que “no, porque tengo cámaras de video instaladas únicamente en el frente de casa”.
No obstante, Sívori anticipó que por el robo sufrido “ahora vamos a poner también cámaras en el quincho, por donde los delincuentes accedieron por el fondo de la vivienda”.
“TIENEN DE PUNTO AL BARRIO”
Asimismo, el hombre recordó que “hace un mes, ya nos habían robado el picaporte de la reja del frente de casa”.
Enseguida, se encargó de dejar en claro que sustracciones similares fueron experimentadas “por otros vecinos de acá”.
Pero al margen de robar picaportes de viviendas, también han sustraído “cañitos de cabinas de medidores del gas”.
Sívori no obvió mencionar, a su vez, que “en 131 entre 47 y 49, hasta robaron un auto que estaba estacionado en la calle”. Por eso, reflexionó que “ya tienen de punto al barrio”.
Luego, ejercitó su memoria para exponer que “hace más de un año que estamos soportando esta clase de delitos y que comenzaron a darse cada vez con mayor frecuencia”.
Con todo, reparó en que a pesar de ese accionar delictivo “tenemos que agradecer que no se estén metiendo dentro de las casas. Eso sí que es tremendamente más complicado”.
Claro, Sívori es consciente de que, en esas circunstancias, los asaltantes demandan, a veces a los gritos y golpeando a sus víctimas, que se les entregue dinero, joyas y otros efectos de valor.
Inclusive, como suele ocurrir, hasta se manejan con tanta impunidad que ni se preocupan por el tiempo de permanencia en el domicilio elegido para delinquir.
Y ni hablar de lo traumático que resulta para quienes deben afrontar un robo a mano armada en su propio hogar. Es que no es fácil de asimilar atravesar por una situación de esas características. A tal punto que, en ocasiones hay quienes terminan recibiendo asistencia psicológica para superarla.
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