Más de 2 décadas de un proyecto solidario platense

Hace 22 años, una asociación civil lleva alimentos y hace controles de salud en una zona de montes de Santiago del Estero

Edición Impresa

Desde hace 22 años, un grupo de voluntarios de la Región viaja hasta Santiago del Estero, monte adentro, para ayudar con alimentos y controles de salud.

“Llevamos el hospital móvil a algunas escuelas y la gente nos espera ansiosa para hacer los controles anuales, festejar los cumpleaños de los niños, recibir ropa y alimentos”, resume Lorena Gómez, impulsora del proyecto y presidenta de la Asociación Civil Presente Escuelas Rurales.

La ayuda llega cada invierno a unas 20 escuelas - una sola tiene energía eléctrica- de los departamentos Avellaneda, San Martín y Villa Atamisqui. En esos lugares abundan las necesidades y casi nadie llega para paliarlas.

Algunos deben cruzar el Río Dulce en balsa para acceder a cosas esenciales. El alimento es a base de harinas y de lo que se puede cazar en el monte. Los comedores escolares reciben 30 pesos por alumno y por eso desde la asociación cada mes hacen un pozo para enviar una suma que les permita acceder al consumo de carne.

En las vacaciones de invierno, el Hospital Móvil desembarca por una semana en las escuelas y los lugareños llegan a caminar kilómetros para acceder al derecho a la salud, al control anual. Casi todos los habitantes sufren mal de Chagas, un vector más presente en el verano, estación en la que es habitual ver a las vinchucas como quien ve mosquitos.

Por todo eso, desde hace 7 años, 50 voluntarios se propusieron achicar la brecha de desigualdad y viajan al monte santiagueño. “Tantas familias viven en la soledad del monte, donde aún no llega ni el agua, ni la luz, el olvido se hace carne”, afirma la voluntaria.

Gracias al equipo de salud se ofrecen controles médicos y odontológicos en los lugares más inhóspitos. La gente recibe atención ginecológica, clínica, prácticas de laboratorio, electrocardiogramas, ecografía, odontológica. Pero también se llevan medicamentos para los tratamientos anuales que requieran.

Habitualmente viajan tres pediatras, diez médicos clínicos, dos obstetras, una ginecóloga con sus asistentes y odontólogos. La continuidad es fundamental para los seguimientos y cada persona tiene su historia clínica.

“Contamos con un convenio firmado con la facultad de Odontología de la UNLP en el año 2013 y alumnos del último año y recién recibidos de Ciencias Médicas, se sumaron hace 3 años”, se agrega.

”Las mujeres hoy se acercan solas a atenderse, a realizarse el pap, a decidir su método anticonceptivo, muchas veces eligen por primera vez en sus vidas”, se explica. Mientras que antes las familias tenían de 6 a 8 hijos, se destaca que ahora tienen entre 3 y 4.

Los voluntarios dejan de lado el frío, inconvenientes como que se pinche el colchón en el que duermen en las escuelas, la falta de duchas o esas pequeñas comodidades que tienen en su día a día. Nada impide que se realicen juegos, disfraces o se festejen los cumpleaños personalizados. Todo con fondos reunidos sin recibir subsidios.

La asociación tiene un sistema de padrinazgo directo para 200 familias. Cada padrino prepara una caja para enviarles y apoya los estudios de niños y adolescentes.

Cada año se envían 6 camiones junto al micro en el que viajan los voluntarios. También se mantienen dos albergues, uno en Santiago del Estero donde 20 jóvenes para continuar sus estudios y otro en La Plata, en 2 entre 61 y 62, allí viven dos alumnas del monte santiagueño que estudian en la universidad y 6 docentes que trabajan en esta zona.

Las necesidades son tantas como los proyectos que se esbozan para que los santiagueños del monte vivan de manera más digna. Con ese objetivo, se invita a que los profesionales que quieran sumarse a que se contacten al teléfono 221 544-9109, en especial se necesitan oftalmólogos y cardiólogos.

Ayuda escuela

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE