Diferencias ideológicas, que se intensificaron

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Desde que Milei llegó al poder en diciembre con la promesa de solucionar la peor crisis económica del país en dos décadas, las relaciones entre Brasil y Argentina se han deteriorado rápidamente, aunque los cruces ya venían desde la campaña electoral en la que Lula dio su apoyo al candidato del kirchnerismo, Sergio Massa.

El libertario ha tildado a Lula de “comunista” y se ha negado a tratar con él.

Lula le ha dado la espalda a Milei y exigió una disculpa por lo que considera sus “tonterías”.

Los enemigos ideológicos se cruzaron por primera vez en la cumbre del Grupo de los Siete el mes pasado en Italia, donde sus esfuerzos por evitarse mutuamente tanto como fuera físicamente posible acapararon los titulares locales.

Los expertos dicen que mezclarse al margen de la reunión del bloque comercial sudamericano a desarrollarse mañana habría ofrecido a Milei una oportunidad de bajo riesgo para aliviar las tensiones con Brasil, que compra casi una sexta parte de las exportaciones de Argentina, abastece a la mayor parte de la industria automotriz argentina y respalda las intenciones de su vecino de obtener la ayuda que tanto necesita del Fondo Monetario Internacional.

En cambio, Milei ha redoblado su apuesta en política exterior que los expertos han criticado como equivocada. Muchos viajes a Estados Unidos sin entrar a la Casa Blanca y el cortocircuito con el gobierno socialista de España.

 

Javier Milei
Lula Da Silva

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