“La otra cara de la Luna”: la teoría conspirativa del alunizaje falso, en una comedia romántica

Dos empleados de la NASA se pelean y se aman mientras intentan crear en un set de filmación la llegada del Apolo 11 al satélite, en caso de que la verdadera misión fracase: una nueva visita de Hollywood a una de las teorías conspirativas más difundidas

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En “La otra cara de la Luna”, estreno de este jueves en los cines, Channing Tatum y Scarlett Johansson viajan a ese cuerpo celeste que orbita la Tierra. Bueno, en realidad, no viajan. En plena carrera espacial durante la década de los 60, la brillante experta en marketing Kelly Jones (Johansson) es contratada por la NASA para trabajar junto al director del lanzamiento Cole Davis (Tatum), en busca de que la misión del Apolo 11 lleve exitosamente al hombre a la Luna. Pero, claro, en plena Guerra Fría, la misión no puede fallar, por lo que les comandan organizar un alunizaje falso como plan de respaldo.

Una comedia romántica, que incluye desvíos y desventuras (Kelly intentará convencer a una empresa para “vender la Luna” como una manera de mantener a flote el programa espacial, mientras los dos se pelean y se enamoran) pero que se alimenta de un mito que cumple 55 años el próximo 20 de julio: ese día, en 1969, los estadounidenses Neil Armstrong y Buzz Aldrin pisaron con sus propios pies un astro que alimentaba las fantasías de la humanidad desde hacía años, la Luna, pero miles de personas creen que aquel alunizaje televisado fue una farsa diseñada para vencer a los soviéticos en la carrera espacial, transmitida por tevé con dirección de nada menos que Stanley Kubrick.

La relación entre el cine y la Luna es anterior, claro, a esta supuesta participación de Kubrick en el engaño del siglo: ya fue musa en “Viaje a la Luna” de George Méliès, en 1903, y terreno fértil para la ciencia ficción desde entonces.

Sin embargo, “a partir de los años 1930-1940, los avances en el ámbito aeroespacial se van concretando, el viaje a la Luna se convierte en algo verosímil y el imaginario lunar se desdibuja”, explica Natacha Vas Deyres, profesora de Letras en la Universidad Burdeos-Montaigne.

La frontera se fue corriendo a Marte hasta el aterrizaje en la Luna, aquel 20 de julio, que reavivó la presencia del satélite en la cultura pop: las impresionantes imágenes tomadas a cerca de 322.000 kilómetros (200.000 millas) de la Tierra cautivaron a los espectadores y la imaginación del mundo.

Algunos volvieron a preguntarse si allí, en el lado oscuro, invisible, de la Luna, no habría misterios insondables; a otros, sin embargo, la fantasía se les disparó para otro lado: ¿y si el alunizaje era una producción de Hollywood?

Esta teoría han encontrado tracción al señalar pequeñas inconsistencias en las imágenes y videos del alunizaje, como la supuesta falta de estrellas en el cielo lunar. Una de las bases de estas teorías es la desesperación de Estados Unidos por ganar la carrera espacial. Kubrick, el hacedor señalado, había estrenado un año antes “2001: Una odisea del espacio”, lo que lo volvía sospechoso. “Room 237”, un documental sobre “El resplandor”, clásico kubrickiano, exploraba una idea: ¿aquella película dejaba pistas sobre el falso alunizaje, quizás una manera para el director de expiar sus culpas?

En la película, Danny Torrance -interpretado por el actor infantil Danny Lloyd- lleva un pulóver con un cohete Apolo 11 en la parte delantera, y se lo ve jugando sobre una alfombra que, según se dice, se parece a una fotografía aérea de la plataforma de lanzamiento del Apolo 11.

Más tarde, en el clímax de la película, Jack Torrance -interpretado por Jack Nicholson- grita y delira sobre la responsabilidad que se ha depositado en él, y que ha firmado un contrato para mantener el hotel y que es responsable de guardar sus secretos. La interpretación afirma que “El resplandor” era, en parte, Kubrick intentando confesar su papel en el alunizaje.

La teoría se convirtió en parte de la cultura pop (hasta tuvo un pequeño “cameo” en una película de James Bond, “Los diamantes son eternos”), y en tiempo de teorías conspirativas, la idea del falso alunizaje ha esquivado las explicaciones a estos hechos de la película de Kubrick, y también a la evidencia científica del alunizaje, y ha cobrado nueva vida tanto entre quienes la defienden con convicción como en quienes la toman para la comedia. Entre los últimos, están los creadores de “Operation Avalanche” y “Moonwalkers”, películas que parodian esta idea.

“Queríamos crear una película sobre si el gobierno estadounidense podría haber falsificado o no el alunizaje del Apolo 11, que sigue siendo el evento televisivo en vivo más visto en la historia del mundo y desde entonces se ha convertido en una de las teorías de conspiración más comentadas”, explica el director de “La otra cara de la Luna”, Greg Berlanti: la película pone en escena un argumento clave de los conspiranoicos, el estrecho vínculo entre NASA y la industria audiovisual.

La agencia espacial estadounidense siempre que supo que para sobrevivir y evitar el desfinanciamiento en tiempos financieramente complicados tenía que venderse bien, y a tal fin a colaborado múltiples veces con directores para realizar y promocionar películas que promuevan el espacio como sueño, como última frontera. Sin ir más lejos, acaba de estrenarse en Prime Video “Novata espacial”, una comedia romántica con Emma Roberts.

 

La otra cara de la Luna
Channing Tatum
Scarlett Johansson

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