La vuelta de Cristina en medio del escándalo y el mensaje que escuchó Kicillof
Edición Impresa | 18 de Agosto de 2024 | 01:00

En el peronismo bonaerense se desarrolla un debate aún sin conclusión. Por lo temprano que resulta y porque los motivos que dieron origen al escándalo que envuelve al ex presidente Alberto Fernández sigue entregando capítulos cada día más escabrosos.
Una de las pocas certezas que existe en medio del tembladeral generado por las denuncias de violencia de género y la filtración de la vida licenciosa que llevó Fernández mientras ejercía la primera magistratura, es que el PJ deberá convivir varios meses bajo ese fuego cruzado. La causa judicial que parece moverse con celeridad, garantiza titulares y atención social.
La toma de distancia del ex mandatario adoptada por el kirchnerismo practicada ya durante el segundo tramo de la gestión anterior y acentuada con el resultado que consagró a Javier Milei como sucesor, busca ser el anticuerpo que más a mano tiene el peronismo bonaerense como forma de ponerse a cubierto de ese virus político invasivo. Nadie sabe, por ahora, si le alcanzará.
Con todo, la semana aportó en lo gestual un dato de relevancia: la vuelta a escena, y a la centralidad, de Cristina Kirchner. La ex vicepresidenta fue a declarar en la causa por el intento de magnicidio en su contra. Esa reaparición no se agotó en el reclamo propio y de la militancia afín para que se avance en la investigación de los presuntos financistas del atentado: fue una ratificación del liderazgo que, pese a desafíos internos velados y señales de independencia de algunos sectores, manteniendo en su propio espacio.
Puede que el escándalo que envuelve a Alberto Fernández y las esquirlas que se esparcen por aquí y por allá, hayan empujado a distintos sectores del peronismo provincial que acusan cierta fatiga con el kirchnerismo más duro a volver a estrechar filas. La necesidad de resistir ese derrame ominoso pudo haber jugado para que actores que si bien no reniegan del liderazgo de Cristina Kirchner pero que cuestionan el manejo de decisiones como el armado de listas de candidatos que en parte ha delegado en su hijo Máximo Kirchner, decidieran bajarle el tono a algunos de esos planteos.
La presencia del kicillofismo en formación con el propio Axel Kicillof a la cabeza en la concentración frente al Instituto Patria donde fue Cristina Kirchner luego de pasar por los tribunales, resultó una postal por demás sugestiva. Intendentes camporistas como la quilmeña Mayra Mendoza; el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque, duramente enfrentado con sus ex compañeros de ruta camporistas, y jefes comunales que se mueven equidistantes de esas tensiones. Todos juntos, terminaron en una foto con la ex presidenta en un gesto de reconocimiento de que, pese a los avatares de la política, la elección de Alberto Fernández como candidato y la vuelta al llano, Cristina Kirchner sigue siendo el norte para la mayoría del peronismo bonaerense.
Ese retrato abonó a las versiones que ya circulaban desde hace semanas que hablan de la posibilidad de que la ex presidenta vuelva a ser candidata y que su nombre se inscriba a la cabeza de la lista de candidatos a diputados nacionales por la Provincia.
Cristina habló cerca de 20 minutos antes de esa foto. Dijo que había que salir del chiquero que impone el caso de Fernández y concentrarse en apuntar contra la política económica de Milei. Como para poner proa rumbo al escenario electoral que se viene.
Dijo algo más. Habló de la situación política de México y de Morena, la fuerza que fundó y lidera el presidente Andrés Manuel López Obrador. La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ganó las elecciones generales después de derrotar en la interna del oficialismo a Marcelo Ebrard, un dirigente que apostó a diferenciarse de López Obrador. Cristina dijo que Sheinbaum ganó “sintiéndose parte de un proyecto y no desde una individualidad”. Hay quienes quisieron leer en esa referencia un mensaje a Kicillof y sus aspiraciones presidenciales.
Esa interpretación vuelve sobre la interna en el peronismo, que se busca aplacar en medio del escándalo por lo que ocurría en Casa de Gobierno y la quinta de Olivos con Alberto Fernández.
Hay quienes hacen otra lectura sobre ese mensaje de Cristina. O al menos, creen que le faltó un costado de análisis. “A Ebrard lo dejaron competir”, señalan quienes simpatizan con Kicillof. Es lo que en todo caso reclamará el Gobernador cuando llegue la hora de jugar a todo o nada.
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