De peluquera a empleada de una central nuclear
Edición Impresa | 23 de Agosto de 2024 | 02:18

Es probable que nunca, en sus poco más de 40 años, Valeria Yolanda Araujo haya imaginado que alguna vez le tocaría trabajar en la planta que Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA) tiene en la localidad de Lima, Zárate, donde vive. Hasta que algo cambió en 2021, cuando en plena pandemia, el entonces presidente, Alberto Fernández, decidió que esta peluquera de oficio era capaz de desempeñar tareas administrativas en la empresa estatal para la que, en general, se requiere una probada calificación y antecedentes universitarios vinculados a carreras como Ingeniería. Los sueldos, en ese esquema, son naturalmente altos, con un piso inicial de 1 millón de pesos. Según fuentes del sector que la conocen y trabajan con ella, la mujer estaría cobrando 2 millones de pesos por mes. Pese a no haber contado con experiencia previa para el puesto, su ventaja está en lindar con la planta nuclear y en haberse cruzado en el camino de Fernández, al que al parecer conoció por Facebook. Más allá de que hoy no tenga activas sus redes sociales y sea prácticamente imposible encontrarla en internet.
“Era alguien a la que conoció por redes sociales y después le consiguió laburo. Sabíamos que Alberto hacía estas cosas, pero estamos azorados, la verdad”, admitieron en declaraciones periodísticas fuentes del anterior gobierno y agregaron que “la pidió Presidencia especialmente y se decidió contratarla. No es el único caso, pero sí uno muy recordado porque no cumplía con los requisitos para poder ingresar”. Quienes supieron trabajar con Fernández no se sorprenden, al reconocer que era una constante del exmandatario la designación en diferentes cargos de gente que conocía o que le recomendaban amigos en común.
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