Le apuntan a un nene y le roban la bici y la mochila

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Los atracos llevados a cabo en La Plata, Berisso y Ensenada, con la modalidad que ha sido catalogada en el ambiente del hampa como “motochorros” volvieron a sentirse el pasado viernes por la tarde con un nuevo y escalofriante episodio que de milagro no terminó en un baño de sangre.

Un padre y su hijo que se encontraban en la vereda probando una bicicleta en un sector de Meridiano V, fueron asaltados por dos ladrones especializados en este nicho criminal que los amenazaron con armas de fuego. Concretamente, el individuo que viajaba como acompañante en el rodado les expuso que debían desprenderse de todo lo que tenían encima sino querían terminar “agujereados”.

En La Plata, antes se daba por sentado que actuaban de noche y en barrios específicos como El Mondongo y Barrio Hipódromo. Pero sus “áreas de influencia” se han extendido a punto tal de que no hay comuna en la Región que no registre un episodio de este tipo.

Es bien sabido que a la hora de robar esta clase de hampones no tienen preferencias a la hora de elegir su víctima. Cualquiera puede caer en sus garras. Incluso los niños y los adolescentes, cuando se dirigen a la escuela o a hacer un mandado, pueden terminar convirtiéndose en blanco de estos ataques.

Justamente ayer, un niño de 11 años debió vivir en carne propia el traumático momento de ser apuntado con un arma de fuego cuando se encontraba con su papá probando su bicicleta en 69 entre 19 y 20.

Unos pocos rayos de sol iluminaban todavía el sector cuando los dos hampones se lanzaron al ataque. Luego de identificar a sus víctimas a lo lejos, aceleraron en dirección hacia ellas. En cuestión de segundos los damnificados pasaron de mantener un momento ameno a quedar bajo los designios de estos dos sujetos.

Luego de escuchar las exigencias, el padre no ofreció resistencia y puso todo lo que tenía en manos del acompañante. Tal era la envergadura del botín que el propio ladrón se dio cuenta de que iba a tener que elegir. Fue así que masticando bronca el hampón terminó abandonando un bolso. Pese a los pedidos del padre, el individuo se llevó la mochila del nene con los útiles escolares. Luego, se cargó la bici como pudo y ambos se esfumaron de la escena.

 

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