Policías sin armas por el delito en La Plata: “Y ahora quién podrá defendernos”
Edición Impresa | 27 de Agosto de 2024 | 02:51

Dos hechos de inseguridad ocurridos en el Barrio El Mondongo dejaron pruebas cabales de que la delincuencia parece no conocer de límites. Tanto que dos policías que cumplen funciones en la Escuela Juan Vucetich, fueron despojados de sus armas reglamentarias en situaciones que bien podrían tildarse de insólitas por la forma en la que se concretaron y, al mismo tiempo temerarias, porque quienes las ejecutaron no pensaron que se estaban metiendo en “la boca del lobo”.
Se cree que en uno de los hechos, el ladrón utilizó un inhibidor de alarmas, mientras que en el restante se trató de un asalto que rozó el “modo ghost”, ya que la damnificada se terminó despertando y alcanzó a ver que le estaban robando. Sin embargo, el ladrón huyó luego de saltar un muro.
De esta forma, volvieron a quedar en el centro de la escena criminal los denominados dispositivos de corte de señal, como se conoce en la jerga delincuencial a los aparatos fabricados por delincuentes especializados en electrónica, capaces de neutralizar la emisión de ondas que se requiere para activar un comando.
Según pudo saber este diario, provisto de un artefacto de dudosa procedencia, ayer por la mañana un sujeto se apoderó de varios objetos de valor que se encontraban en el interior de un Fiat Cronos, entre ellos un Pistola Bersa, que un suboficial mayor dejó estacionado en 67 entre 116 y 117.
Todo sucedió mientras le ayudaba a su hija a acomodar un mueble en el marco de una mudanza. Como debía bajar ese bien de una camioneta, el agente decidió que era mejor dejar su arma debajo del asiento del conductor.
Cuando volvió a su coche, luego de acomodar el aparato y, compartir una comida, el efectivo se encontró con el desastre. Lo llamativo es que no advirtió ninguna marca que pudiera corresponderse con un intento por forzar cerraduras. Es aquí donde surge la hipótesis del inhibidor.
Estos aparatos son de amplio espectro. Con ese elemento se puede interrumpir desde la señal que se envía desde un control a una TV para cambiar de canal hasta una comunicación por radio.
Dentro de la amplia gama de dispositivos potencialmente “hackeables”, se encuentra también el sistema de cierre automático y la alarma de los vehículos.
El modus operandi exige cierta proximidad a la víctima. Cuando el propietario envía a su auto la señal para cerrar las puertas y activar la alarma, los ladrones generan una interferencia.
En este marco, todo apunta a que el sospechoso estuvo acechando a la víctima y emitió una onda que dejó sin efecto la señal que envió el policía para el cierre total de su rodado.
Tras ejecutar este movimiento, solo le bastó esperar unos minutos a que el dueño del Cronos se alejara para llevar adelante su cometido.
La misma situación había tenido lugar unas horas antes, es decir durante la madrugada del lunes, en una propiedad ubicada en Boulevard 120 entre 67 y 68.
Según pudo saber este diario, una oficial se encontraba descansando en la parte superior de su dúplex, cuando un sujeto ingresó y se apoderó de su arma reglamentaria.
Siempre en base a la versión oficial, el ingreso a la finca de la policía prácticamente fue un trámite. Todo apunta a que la puerta se encontraba abierta, ya que no se hallaron signos de que haya sido forzada.
Se especula con que “en un descuido” la dueño de casa, olvidó poner llave y sin querer terminó allanando el camino a los atacantes. Gracias a su perro se despertó, pero ya era demasiado tarde. A lo lejos pudo ver cómo el sujeto huía con su arma y el respectivo correaje.
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