En fotos, el colorido Corso Zundert de Países Bajos, donde las flores son protagonistas

Hace apenas unos días que en Países Bajos se vivió una de las fiestas locales más coloridas. Se trató del Corso Zundert, que tiene lugar en la localidad homónima ubicada al sur del país, y donde las flores son las principales protagonistas ya que con ellas se confeccionan las más espectaculares figuras.

Allí cada año, el primer domingo de septiembre, se realiza este evento en donde el desfile de carrozas construidas por residentes de 20 pueblos la mencionada localidad del sur de Holanda, conocida como el lugar de nacimiento del legendario artista postimpresionista Vincent van Gogh, se lucen en las calles y este 82ª edición hasta convocó a la mismísima Reina Máxima, que recorrió los barrios de Elkander, De Berk y Klein Zundert.

A lo largo de los años, algunas de las carrozas más singulares expuestas incluyen cartones de leche de gran tamaño, helicópteros rosas, gallos gigantes y dragones chinos de color naranja brillante, todos hechos enteramente de dalias.

Se estima que se utilizan la asombrosa cifra de 8 millones de flores para crear estas figuras (algunas de las cuales miden más de 20 metros) para el festival anual de Zandert.

El Corso Zundert, fundado en 1936 con motivo del cumpleaños de la entonces reina Guillermina, también incluye un concurso para la mejor carroza, que normalmente es elegido por un jurado independiente.

Cabe destacar que se cultivan treinta y tres hectáreas de dalias y se utiliza más de medio millón de bulbos de cincuenta especies diferentes. Curiosamente, no constituyen un sector de actividad económica ya que su razón de ser recae exclusivamente en este evento. Con las dalias se tapizan las enormes e imaginativas figuras construidas como si llevasen una epidermis de pétalos. Cada presentación requiere una media de medio millón de esas flores.

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Los constructores recubren un armazón que originalmente era de madera y luego pasó a ser de poliestireno o hierro, sobre los que se van pegando capas y capas de papel maché. El tamaño y peso de esas estructuras obliga a que sean llevadas por grandes grupos de personas o incluso sobre ruedas, en carrozas. En cualquier caso, haciendo un alarde de fantasía artística en la que se nota la mano de excepcionales colaboradores de la Academia de Arte de Breda.