De las luces de alarma por los millones a recortar, a las negociaciones para llegar a un número viable

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Carlos Barolo

Javier Milei señaló a las provincias como actor central para bajar el gasto público. “Para llevarlo hasta 25 puntos del PBI se requiere que, en su conjunto, hagan un ajuste adicional de 60.000 millones de dólares”, dijo el Presidente.

En los diferentes distritos el número sonó a una enormidad casi inalcanzable, sobre todo teniendo en cuenta que desde que asumió La Libertad Avanza los gobernadores ya debieron aceptar un recorte notable de los llamados fondos discrecionales respecto a lo que pasaba con el gobierno anterior. Así, se prendieron luces de alerta.

Es lo que explica la reunión que tuvieron ayer los ministros Luis Caputo y Guillermo Francos con los mandatarios con los que el Gobierno tienen algún diálogo, básicamente los del PJ dialoguista y los que pertenecen a lo que antes se conocía como Juntos por el Cambio: radicales y del PRO. Los funcionarios llevaron un mensaje de calma.

Ya sin la necesidad de buscar títulos que acaso tuviera Milei el domingo, los ministros habrían prometido que, en rigor, el ahorro a exigir será menor. Ayer más temprano, en una entrevista con Radio Rivadavia, el diputado José Luis Espert -presidente de la comisión de Presupuesto de Diputados- había hablado de 20.000 millones de dólares de ajuste provincial.

El Gobierno sabe muy bien la importancia de que sea aprobado el Presupuesto 2025, en especial como señal hacia afuera, a los mercados y eventuales prestamistas. Entiende que deberá negociar pero intentará no tocar ciertas premisas, como el equilibrio fiscal y el concepto de que todo gasto debe tener previamente su partida asignada. Cuentan a sus aliados del PRO como votos seguros y barruntan que el diálogo deberá ser más artesanal con los radicales, los legisladores de Encuentro Federal de Miguel Pichetto y los de las bancadas provinciales.

También sabe que el sector más radicalizado de la oposición, básicamente el kirchnerismo, intentará buscar número para rechazarlo. De hecho Milei apuesta a que ese rechazo a su plan de austeridad como una de las condiciones para bajar la inflación, quede expuesto.

Los fondos para CABA

Un asterisco respecto a los macristas: ese sector espera que el cálculo de gastos e ingresos del año próximo prevea el dinero para pagarle a la CABA los fondos que la Corte Suprema ordenó devolverle por aquel guadañazo que le hizo en su momento Alberto Fernández. No estaría claro ese dato en el proyecto que ayer ingresó Milei en el Congreso. Seguramente el propio Mauricio Macri se meterá en esta conversación. Es una suerte de lobista de su primo Jorge, el alcalde del distrito.

En este contexto, el apoyo de las provincias es fundamental para destrabar cualquier iniciativa, algo de lo que seguramente se habló en la reunión de ayer. El oficialismo tiene apenas 40 diputados sobre 257, y nueve senadores sobre 72. Está, incluso, lejos del quórum necesario para poner en funcionamiento una sesión. Y tampoco tiene los números para sacar el dictamen del proyecto de Presupuesto de la comisión correspondiente. Está obligado a negociar porque, más allá de las rimbombantes frases presidenciales, no puede gobernar toda la vida en base a decretos y vetos de leyes no deseadas.

Las provincias se quejan de que entre enero y agosto último recibieron $6,4 billones menos

Con los gobernadores el Presidente ya ha tenido una situación conflictiva: dejó de pagar los fondos para compensar el pago de jubilaciones provinciales de 13 distritos que no transfirieron sus cajas, suspendió casi toda la obra pública en marcha financiada con fondos nacionales, no pagó más la compensación del pacto fiscal de 2017, previsto por ley para todas las provincias, y canceló otros envíos específicos. Por estos temas, su guerra abierta más dura es con el bonaerense Axel Kicillof, que -previsible- ayer salió a rechazar la iniciativa presentada el domingo.

Las provincias se quejan de que entre enero y agosto último recibieron $6,4 billones menos entre transferencias discrecionales y coparticipación en comparación con 2023.

El mensaje de los distritos a la Rosada sería que ya bancaron bastante este año como para seguir soportando pedidos de achique y que, aún respetando las premisas de déficit cero de la Nación, llegó la hora de negociar (ceder desde el lado presidencial) en algunas cosas. Como concluir proyecto viales y de infraestructura paralizados, siempre bienvenidos en años electorales.

 

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