La puerta giratoria no es la mejor fórmula para los menores que delinquen

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No debiera ser preciso reiterar el flagelo que significa para la vida cotidiana de nuestra zona la presencia de bandas de menores que se dedican a delinquir y que incursionan en figuras penales agravadas, para luego quedar liberadas y al poco tiempo volver a cometer asaltos a mano armada y así poner en riesgo la vida de personas, cuando no a matarlas.

Hace poco se mencionó el caso de un menor que integra un grupo familiar que se dedica a robar, que cuenta en su corta edad con más de 22 entradas a la policía y que a las pocas horas vuelve a la calle a cometer delitos. En dos de esas oportunidades, delinquió el mismo día en que la comisaría lo libertó por orden judicial.

Ahora se publicó un informe acerca de una serie de operativos policiales realizados en distintos barrios de nuestra ciudad y en Ensenada, por situaciones no relacionadas entre sí, en los que resultaron detenidas algunas bandas de adolescentes. Sin embargo, la mayoría de esos menores quedaron liberados.

Tal como se dijo en ese informe, se trata de “un drama de todos los días. Un problema sin solución. La puerta giratoria de las comisarías de La Plata, por decisión de la Justicia del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, que no encuentra herramientas en el ordenamiento jurídico actual para darle un tratamiento diferente a los menores que delinquen y que salen en cuestión de horas. O tal vez menos”.

Asaltos con violencia a un parripollo ubicado en 6 y 32, en donde tres jóvenes, luego de hacer estallar la vidriera, lograron robar el monitor de una computadora, bolsas con pan, empanadas y hasta medio pollo asado. A su vez en las calles San Martín y Uruguay de Ensenada, un adolescente detenido por robo agravado de automotor, encubrimiento y resistencia a la autoridad. A ellos los esperaba la puerta giratoria.

En otro episodio fueron detenidos dos motochorros armados con tres armas: un revólver calibre 22, otro 38, una pistola 9 mm que era una réplica y la propia moto de alta cilindrada que había sido robada días antes en La Loma. Se los pudo detener en la zona de la Favela. Ambos venían de participar del “velorio homenaje” que a los tiros un grupo de personas había tributado en Tolosa al célebre delincuente “Plomo”, muerto en una persecución policial. Y la puerta volvió a girar.

El problema es de vieja data, aunque se ve acentuado. “Hay zonas céntricas de nuestra ciudad que de noche son tierra de nadie. Mejor dicho, de grupos de hasta 20 y 30 pibes descontrolados que roban y causan destrozos en negocios. En este caso la protesta ya fue institucionalizada en varias ocasiones por la Asociación Comercial Calle 8 y Adyacencias, sin que hayan logrado algún tipo de respuesta por la Comisaría Primera.

Pero el problema de fondo sigue residiendo en la facilidad con que el fuero de Responsabilidad Penal Juvenil libera a menores que cometen delitos. Es verdad también que en las décadas del ‘80 y el ‘90 se sancionaron leyes -sobre todo procesales- que dificultan en forma notable la detención y, con ello, el inicio de un sistema sano de reeducación y reinserción social de los menores. Pero no existen dudas de que los jueces tienen márgenes para interpretar las normas y esa es, justamente, la facultad que no ejercen al decidir estas liberaciones.

Se vinieron reflejando en esta columna, desde hace muchos años, fundamentos y opiniones vertidas por especialistas acerca de la necesidad de que existan en la Provincia y en el país políticas preventivas y de inclusión integral para alejar a los menores del delito. No puede ignorarse tampoco la actitud aviesa de muchos mayores que se aprovechan del estado de inimputabilidad penal de los menores, instándolos a delinquir.

Está comprobado, también, que una mayor inclusión de esos niños y jóvenes en actividades educativas, culturales, artísticas, deportivas o recreativas resultaron totalmente positivas y sirvieron para apartarlos del delito y de la droga, abriéndoles, además, perspectivas concretas de un futuro mejor. En esta política se han destacado mucho más algunas iniciativas concretadas en el sector privado -en muchos clubes, por ejemplo- que en el sector público.

 

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